El peso y balance en los aviones es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de operar un vuelo y Japan Airlines se ha tenido que enfrentar a un problema un tanto desconocido en el resto del mundo: el sobrepeso de los pasajeros.
Luchadores de sumo a bordo de los aviones de Japan Airlines
La semana pasada, tuvo lugar en la pequeña isla de Amami (al sur de Japón) un campeonato de sumo, deporte nacional tradicional japonés.
Por tanto, cientos de luchadores debían volar a este destino desde las dos principales ciudades del país: Tokio y Osaka. Pero claro, no era tan sencillo como subirse a un avión y ya está dado que un luchador de sumo medio pesa más de 120kg, unos 50kg más que la media que utilizan las compañías aéreas para calcular el peso de los pasajeros.
Al realizar los cálculos, la compañía se dio cuenta que superarían el peso máximo del avión por lo que decidió fletar al menos un vuelo más con el objetivo de repartir el peso entre más aviones.
¿Y por qué no aviones más grandes?
Japan Airlines también opera una sólida flota de 103 aviones de fuselaje ancho, entre los que se encuentran los Boeing 767, 777 y 787 por parte del fabricante norteamericano y los Airbus A350 por parte del fabricante europeo.
El problema es que la única pista del aeropuerto de la isla de Amami mide apenas 2.000m de largo por 45m de ancho, por lo que no se pueden realizar operaciones con aviones de grandes dimensiones desde este aeropuerto, siendo el indicado para esta tarea el Boeing 737-800.
Para los vuelos de vuelta, la compañía decidió incrementar aún más los vuelos, y además de los 3 programados, decidieron añadir un cuarto avión que se llevó a más luchadores de sumo. Y es que aunque Japan Airlines tiene diferentes configuraciones en sus 737-800, la más común es de 165 plazas. Si solo 50 de los pasajeros fueran luchadores, la diferencia sería de más de 2.500kg respecto a un vuelo normal, es un peso a tener muy en cuenta.