La FAA parece que se ha puesto muy dura con Boeing a raíz del incidente del MAX 9 de Alaska Airlines, por lo que ahora le está exigiendo una solución a un problema que en realidad nunca han tenido.
Problema con el anti hielo del Boeing 737
En 2021, Boeing descubrió que existía una muy remota posibilidad de que el sistema anti hielo de los motores de los 737 se desconectara cuando estaba activa y que los pilotos no fueran notificados de este hecho, lo que podría permitir la acumulación de hielo en el motor.
En 2022 Boeing envió la información a las aerolíneas con una solución fácil que consistía en cambiar una pequeña parte del circuito eléctrico y eso solucionaba los problemas. El fabricante recomendó realizar los trabajos en un plazo de 36 meses desde la recepción de la información. Este problema afectaba a los Boeing 737 Next Generation y a los MAX, sin embargo en su día esto se catalogó como una «preocupación remota» por parte de la FAA dado a que hasta el momento nunca había ocurrido ningún incidente.
Cabe mencionar que el 737 Next Generation lleva volando desde 1997 y que actualmente cuenta con más de 7.000 unidades fabricadas que han realizado muchos vuelos y todos ellos sin incidentes debido a este posible problema.
Sin embargo, ahora la FAA exigirá a Boeing una solución permanente según ha desvelado el Seattle Times. Por otro lado, el MAX también tiene problemas con el sistema anti hielo del motor, aunque en este caso es debido al sobrecalentamiento que podría sufrir. El MAX 8, MAX 8-200 y el MAX 9 se han certificado con una exención a este problema mientras Boeing encontraba una solución definitiva. El fabricante iba a pedir la misma exención para el MAX 7 y el MAX 10, pero sorprendentemente la ha retirado, lo que causará retrasos en al menos un año en la entrada en servicio de estos aviones.
Problemas en los motores de los 787
El superventas de Boeing tampoco se libra de problemas con el sistema anti hielo del motor. Durante unas revisiones se ha descubierto ligeros daños alrededor del conducto anti hielo del motor y algunos sellos que habían sufrido un desgaste más acusado con el paso del tiempo.
Estos ligeros daños indican que esa zona en concreto ha estado expuesta a daños térmicos sufriendo decoloración. En este caso, la FAA también consideran que su importancia es pequeña, pero aún así ha dispuesto Directivas de Aeronavegabilidad que podrán recibir comentarios hasta abril, tras lo cual serán aprobadas y serán de obligado cumplimiento. Estos daños se han encontrado en «menos de 20» unidades del 787 de todos los aviones revisados a lo largo de los años, de los cuales actualmente hay más de 1.000 volando.