El combustible para aviación es un combustible altamente sensible en cuanto a que ha de cumplir con una serie de regulaciones muy estrictas tanto antes de ser suministrado como después. Las impurezas o la contaminación del mismo se vigilan muy de cerca.
Jet A1: el combustible más utilizado
El Jet A1 es el más extendido y utilizado a día de hoy en la aviación comercial en casi todo el mundo. Hasta que los SAF (Sustainable Aviation Fuel) se terminen de implantar, parece que seguiremos utilizando este combustible durante algunos años más.
Las regulaciones que ha de cumplir este compuesto son muy estrictas, puesto que las turbinas de los aviones demandan una gran cantidad de energía, a la la vez que se han de extremar las precauciones en el medio aéreo por razones más que obvias. Además de ser un combustible altamente eficiente, este también cuenta con varios aditivos muy importantes como el aditivo anti-estático para evitar incendios.
Pero uno de los puntos más importantes es el punto de congelación que en el caso del Jet A1 es de -53ºF (-47.2ºC), algo muy importante si tenemos en cuenta las temperaturas exteriores en las que vuelan los aviones.
Por eso, antes de caza vuelo se suelen realizar controles para determinar que el combustible no esté contaminado, ya sea con agua u otros químicos. Una pequeña muestra suele ser suficiente para determinar esto y los suministradores del mismo tienen que tener un especial cuidado a la hora de manejarlo. Un fallo en el proceso y el avión podría sufrir la parada de los motores y en el peor de los casos, una combustión descontrolada.
Caso Nigeria
A mediados del mes de julio, la Autoridad de Aviación Civil de Nigeria (NCAA) decidió dejar en tierra los 6 B737 de la compañía nacional Max Air como resultado de unos incidentes ocurridos en los últimos meses como la pérdida de una rueda durante el aterrizaje o la parada de un APU. El capítulo que terminó con la paciencia de la NCAA fue encontrar en uno de sus B737 (5N-MHM) combustible de aviación altamente adulterado con agua antes de un vuelo desde la ciudad de Yola el 7 de julio.
La NCAA emitió una AD (directiva de aeronavegabilidad) contra esta compañía que debía dejar en tierra de forma inmediata sus aeronaves con fechas del 12 de julio, teniendo permiso para moverlos en vacío hacia sus centros de mantenimiento. Esta AD no afectaba a los dos B747-400, ni a los dos ERJ-145 ni al B777-200 que la aerolínea también posee.
Después de llevar a cabo una investigación, la NCAA ha determinado que el combustible contaminado puede provenir del proveedor nacional Octavus, que suministra combustibles en varios aeropuertos del país. Esta empresa se ha defendido diciendo que su combustible cumple con la legislación vigente y que no es más que un intermediario aeroportuario entre los productores (como NNPC o BP) y las compañías de aviación.
Uploading for record purposes:@MaxAirLtd Boeing 737-3H4 with registration number 5N-MHM observed here with hundreds of litres of water pouring out of its tanks shortly upon arriving Yola from Abuja, after the pilot demanded a water check. pic.twitter.com/XEhS4dX8tW — CHULO 🔥🇮🇱🇹🇷 (@felixbuezecyrus) July 12, 2023
De igual manera, han aclarado que llevan mucho tiempo suministrando combustible a diferentes aerolíneas sin haber tenido ningún problema. De momento se desconoce si esta empresa ha suministrado combustible a compañías extranjeras o si hay aviones extranjeros afectados por el combustible contaminado.
Max Air ha anunciado que el 30 de julio retomarían sus operaciones habituales con los Boeing B737 de la serie 300 y 400 (de los cuales disponen de 5 y 1 unidad respectivamente) tras el visto bueno de la NCAA. La investigación sobre este grave caso de combustible contaminado con agua sigue en curso sin que de momento haya un acusado formal.