Hace pocas semanas, uno de los ingenieros de Boeing que trabajó en el programa 787 y también en el programa del 777, aseguró que unos 400 aviones de la cadena del 777 salieron con graves problemas estructurales, mismos problemas que podrían tener todos os 787. Esta persona, Sam Salehpour, próximamente testificará ante una comisión del Congreso de los Estados Unidos que será la encargada de realizar una investigación para determinar el alcance de los supuestos daños denunciados por Sam.
El 787 en cifras
El Boeing 787 es un auténtico éxito comercial y operativo, de eso no hay ninguna duda. Superado el bache inicial de las baterías que se incendiaban (Boeing cambió a otro proveedor), el 787 ha cosechado éxitos en todas las aerolíneas en las que se ha incorporado, permitiendo la apertura de más de 300 rutas directas entre destinos que antes solo estaban conectados por escalas, pero que gracias a los bajos costes de este modelo ahora se pueden realizar de forma directa.
El 787 se fabrica en tres modelos diferentes: el 787-8 fue el primero en diseñarse y en salir al mercado. También es el más pequeño de toda la familia y el segundo más vendido, con un total de 431 unidades pedidas y 396 unidades a entregadas. El 787-9 es el avión intermedio y el segundo en volar, también es la variante que más equilibra la capacidad de pasajeros y carga con la autonomía y el consumo de combustible, por eso es de lejos la unidad más pedida por los clientes con más de 1200 unidades solicitadas, de las cuales se han entregado ya 629 aviones.
Actualmente existen más de 1.100 unidades del 787 activas en el mundo, dado que este avión ha sido el avión de fuselaje ancho que más rápidamente se ha vendido y fabricado en la historia, con casi 2.000 pedidos en total. A lo largo de estos años, casi 900 millones de personas han viajado en un Boeing 787 Dreamliner, en cerca de 4.2 millones de vuelos llevados a cabo por la flota mundial.
Boeing defiende su avión
Ante las denuncias de Sam, Boeing ha salido a defender su avión, especialmente en el campo de la estructura del mismo, donde se centran las principales denuncias del ingeniero de la compañía que próximamente declarará en el Congreso norteamericano.
Boeing ha llevado a cabo pruebas estáticas desde 2008 al 2010, antes de la certificación del avión (como es normal) donde se ha probado la estructura, las alas y el fuselaje en ciclos por encima de la exigencia normal del avión, imitando un uso de 165.000 ciclos de vuelo, casi 4 veces el objetivo de vida útil del avión que está establecido en unos 45.000 ciclos de vuelo (un ciclo es un despegue y un aterrizaje).
Todas las pruebas llevadas a cabo fueron exitosas y Boeing llevó a aquellas unidades del 787 muy por encima de lo que normalmente se le exigiría a un avión, simulando una carga del 150% del máximo que llegaría a llevar durante una operación cualquiera. Además, también presurizó el fuselaje al 150% de la presión máxima que tendría durante su vida operativa, del mismo modo que estiró las alas hacia arriba más de 7.5 metros, mucho más de lo que se flexionarán durante cualquier despegue.
El primer avión de la nueva era de Boeing
Después de la certificación del 787, Boeing continuó haciendo pruebas estáticas en un banco especialmente diseñado para tal efecto, compuesto de más de medio millón de kilogramos de acero. Este banco permitía mover el avión en todos los aspectos posibles para determinar el límite de su estructura. Las pruebas continuaron desde el 2010 hasta el 2015 más allá de las exigencias de la FAA y cualquier otro regulador internacional.
Y esto es debido a que el 787 ha sido el primer avión de Boeing que se ha fabricado con mayoría de materiales compuestos o CFRP (Carbon Fiber Reinforced Plastic), siendo también el primer avión del mundo fabricado en su mayor parte con este tipo de componentes de nueva generación que permitían reducir considerablemente el peso del avión, lo que supone mayor disponibilidad de carga de pago, mayor autonomía y menor consumo de combustible, además de otros beneficios.
Gracias a todos los datos recaudados durante estas pruebas y otras 100.000 pruebas a menor escala, Boeing ha elaborado un plan de mantenimiento y revisión del avión para asegurar el correcto uso del avión durante muchos años. Actualmente, el 787 con más horas de vuelo del mundo acaba de superar los 16.500 ciclos, no estando ni a la mitad de la vida útil prevista del modelo.