La antigua Mexicana de Aviación, la original, echó el cierre como una de las compañías más queridas de México (y probablemente del mundo), una aerolínea a la que muchos mexicanos echaban de menos incluso muchos años después de su desparición.
La historia de la nueva Mexicana de Aviación es otra
Pero parece que la nueva Mexicana de Aviación es muy distinta: fue odiada antes de existir, fue odiada durante su fundación y es odiada ahora y después de esto, seguramente lo será aún más.
La compañía fue creada por empeño personal del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que quería revivir a la marca. Para ello, actualmente cuenta en la flota con 3 Boeing 737-800 que han sido arrendados a la Fuerza Aérea Mexicana y dos Embraer ERJ-145 alquilados a la también aerolínea mexicana TAR Aerolíneas.
La nueva compañía ofrece de momento solo vuelos nacionales, aunque con ambiciosos planes que pasan incluso por adquirir 20 Boeing 737 durante el mes de marzo y otros 10 Embraer y teniendo en cuenta que faltan solo dos días para acabar el mes, va a ser difícil que esto se cumpla (por no decir directamente imposible).
Desastre financiero antes de empezar
La nueva Mexicana de Aviación se fundó el 18 de mayo del 2023 y operó su primer vuelo el 26 de diciembre del año pasado, por lo que podemos decir que apenas está empezando a funcionar. Hay cosas que solucionar y mejorar, no cabe duda. Sin embargo, la mala planificación previa o quizás las prisas pueden ahora hacer que la aerolínea se hunda financieramente antes de cumplir el año.
El pasado 27 de marzo, la compañía SAT Aero Holdings interpuso una demanda en el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York contra Mexicana de Aviación por una indemnización de 838.5 millones de dólares, además de otros 2.4 millones de dólares en concepto de costes.
La demanda se remonta a agosto del año pasado, cunado el gobierno mexicano contactó con la compañía y alcanzaron un acuerdo para el suministro de 10 Boeing 737-800 en concepto de ACMI, es decir, alquiler del avión, tripulación, administración de los mismos y toda la documentación necesaria y los seguros pertinentes, conocido comúnmente como wet-leasing.
El problema vino cuando el gobierno no hizo el depósito de más de 5 millones de dólares para que SAT pudiera alquilar los 10 millones aunque, según la demanda, el lessor intentó mantener abierta la relación comercial sin éxito. El caso queda ahora en manos del tribunal norteamericano que, si llega a fallar a favor de la compañía demandante, obligaría al estado mexicano a abonar casi 1.000 millones de dólares que saldrían del erario público, porque por supuesto la aerolínea no puede conseguir por sus medios semejante capital.