Un Boeing 737 MAX 8 es la última víctima y quizás más visible de la guerra arancelaria entre EEUU y China, dado que muchas veces el público general vemos estas medidas macro económicas en las noticias pero no vemos sus efectos reales, como en este caso que un 737 ha tenido que volver desde China a Seattle.
Un 737 que no pudo ser entregado
El pasado 18 de abril, un Boeing 737 MAX 8 realizó un largo viaje de más de 8.000 kilómetros desde China de vuelta a los Estados Unidos porque no pudo ser entregado a la aerolínea que iba a ser su nueva propietaria: Xiamen Airlines.
Se trata de la unidad con MSN 64680 y número de línea 7934 que realizó su primer vuelo el 14 de mayo del año 2021 y que fue almacenado debido a que la aerolínea paralizó su entrega. Hace aproximadamente un mes, se le asignó la matrícula B-20DX y aún bajo la matrícula de pruebas N230BE realizó el largo vuelo desde Seattle hasta Zhoushan, donde Boeing tiene una línea de finalización de los aviones que va a entregar en China. Claramente mediante escalas en Honolulu y en Guam para repostar.
Tras un mes en suelo chino recibiendo su interior y los últimos detalles para la aerolínea, el 18 de abril despegó en dirección a Guam para un vuelo de 4 horas y tras una breve escala, partió hacia Honolulu donde aterrizó tras 7 horas de vuelo. El último tramo hasta Seattle duró 5 horas y 20 minutos, aterrizando pasadas las 18:00 horas ya del 19 de abril. Aún no está claro si el avión será almacenado esperando poder incorporarse en un futuro de nuevo a esta aerolínea o si por el contrario Boeing le buscará un nuevo hogar. Y ninguna de las dos opciones son buenas, dado que si lo almacena a Boeing le cuesta dinero y si lo vende también, dado que tendrá que cambiarle el interior para la aerolínea que lo vaya a adquirir.
¿Por qué no se pudo entregar?
Durante este mes las tensiones entre Estados Unidos y China han escalado de forma muy rápida por los aranceles de Trump, que parece que cada día afectan más a compañías estadounidenses antes que protegerlas. Este ha sido el caso, dado que como respuesta a los aranceles norteamericanos, China impuso unos aranceles del 125% a productos norteamericanos, lo cual por supuesto, incluye a los 737.
Pero eso no es todo. Hace unos días, la CNDR china o Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (una agencia gubernamental china de la cual dependen las aerolíneas y muchas otras empresas), prohibió a las compañías aceptar nuevos aviones norteamericanos dentro de esta guerra comercial. Por tanto, ese avión no podría haber recibido la matrícula china que ya tenía reservada (B-20DX) y la mejor opción era que volviera a los Estados Unidos. Aún aunque se pudiera haber entregado, con los aranceles vigentes el avión hubiera costado más del doble, casi al precio de un 787. Un 737 MAX 8 tiene un precio de catálogo de unos 120 millones de dólares, aunque el precio definitivo depende de las negociaciones entre las aerolíneas y el fabricante.
Parece difícil saber quién será el ganador (si es que hay alguno) en esta guerra comercial, dado que los otros productores que podrían suplir aviones a las compañías chinas también incorporan piezas norteamericanas sujetas al gravamen, por lo que también es complicado que se puedan entregar al precio que tendrían que ser vendidos. En cuanto a Boeing, actualmente el fabricante norteamericano tiene pendientes de entregar a las aerolíneas chinas unos 140 aviones, un 2% del total de su cartera de aviones pendiente por fabricar de más de 6.300 unidades. Según Boeing, China representará a finales de la década el 20% de su cuota de mercado, aunque así parece que será difícil que eso suceda.
Un comentario