Un 777-200ER de Air France transporta 7.000km un corazón para un trasplante

Un importante hito médico ha tenido lugar en el mundo a principios del mes de enero y un Boeing 777-200ER de Air France ha sido parte de este hecho que abre la puerta a más trasplantes. 

Los trasplantes y la aviación

Los trasplantes de órganos han sido y son parte fundamental de la longevidad humana que hemos alcanzado en los últimos años, permitiendo alargar y mejorar la vida de muchas personas con problemas en alguno de sus órganos.

En España, la mayor parte del transporte de órganos se basa en pequeños aviones privados gracias a su inmediata disponibilidad.
En España, la mayor parte del transporte de órganos se basa en pequeños aviones privados gracias a su inmediata disponibilidad.

Tanto es así, que España se ha convertido en un referente mundial en este tipo de intervenciones, ocupando la primera posiciones desde hace muchos años. Incluso se ha creado una agencia que coordina todo lo relacionado con los trasplantes, llamada ONT u Organización Nacional de Trasplantes y que trabaja en estrecha colaboración con diferentes empresas públicas y privadas para asegurar la máxima viabilidad de los trasplantes, lo que incluye coordinar a las empresas que realizan los vuelos.

Y aquí la aviación juega un papel fundamental, dado que cada año se realizan decenas de vuelos para el transporte de órganos entre diferentes puntos de la península, desde el lugar donde ha fallecido el donante al lugar donde espera impaciente el receptor para comenzar su nueva vida. Eso sí, la práctica totalidad de las veces estos vuelos son operados por pequeños aviones ejecutivos y en algunas ocasiones, los órganos también viajan en vuelos comerciales con una premisa clara en mente: el tiempo es fundamental.

Un corazón muy importante en un 777-200ER de Air France

A principios del mes de enero, un Boeing 777-200ER de Air France tuvo una tarea algo más complicada, puesto que a bordo se encontraba un corazón muy importante, el corazón de un donante de 48 años que había fallecido en las Antillas Francesas del Caribe y que iba a ser trasplantado a un receptor de 70 años. ¿El problema? Donante y receptor se encontraban a 7.000 kilómetros de distancia.

Boeing 777-200ER de Air France aterrizando en el aeropuerto de Charles de Gaulle. Foto: Eric Salard
Boeing 777-200ER de Air France aterrizando en el aeropuerto de Charles de Gaulle. Foto: Eric Salard

El donante falleció en algún lugar no identificado de las Antillas Francesas tras ser declarado en muerte cerebral tres días después de una inyección intracerebral. De forma inmediata comenzaron los procedimientos y el corazón se obtuvo y se almacenó en un nuevo sistema llamado XVIVO Heart Assist Transport, un método de conservación y transporte que el corazón pueda estar más de 12 horas fuera del cuerpo humano dentro de un líquido oxigenado. 

El sistema se subió a bordo de un 777-200ER de Air France que operaba la ruta con la capital de Francia y fue atado a dos asientos, siendo supervisado en todo momento por un especialista. El vuelo duró algo más de 10 horas y aunque e 777 encontró turbulencias severas en su cruce del océano Atlántico, el corazón finalmente pudo ser trasplantado en el Hospital de la Universidad de Sorbona a la mañana siguiente. El corazón recobró sus funciones normales a los pocos minutos de ser trasplantado en el paciente que se recuperó por completo y fue dado de alta 30 días después de la intervención. 

Este importante acontecimiento médico abre la puerta para poder realizar otros trasplantes en un futuro, aprovechando órganos que de otro modo no se podrían aprovechar, permitiendo que sigan en perfecto estado tras más de 10 horas fuera del cuerpo humano y para ello la aviación seguirá jugando un papel fundamental.

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