Por suerte son pocos los casos en los que una pasajera se podría confundir de destino, pero confundirse el mismo día de aerolínea y destino y que nadie se de cuenta, es un hecho más insólito y aunque a priori pueda parecer gracioso, lo cierto es que es un problema de seguridad muy grave. Casos parecidos os hemos contado en este artículo y en este otro.
Una pasajera que acaba en Italia
Aunque se desconoce la fecha de este incidente, sucedió hace poco cuando una pasajera de 79 años quiso volar desde Estocolmo hasta Berlín para reunirse con su hijo. Sin embargo, esta ruta requería una escala en el aeropuerto de Copenhague, lugar de la confusión.
La pasajera llegó en su vuelo y se dirigió hacia su nueva puerta de embarque para abordar su siguiente vuelo a Berlín que había comprado con EasyJet. Al ver a la gente embarcando, comenzó a embarcar y se subió al avión llegando a su asiento. para lo que iba a ser un corto vuelo de apenas una hora de duración que normalmente dura menos. Sin embargo, el vuelo se fue haciendo más largo, hasta llegar a la hora y media. Cuando la pasajera se bajó del avión, vio un cartel que decía «bienvenidos a Bolonia» y ahí comenzó su preocupación.
Resulta que desde su puerta de embarque salía antes el vuelo de Ryanair a Bolonia, que fue el que ella abordó, y después salía el vuelo de EasyJet hacia Berlín, que era en el que ella debió haberse subido. Este error la dejó varada a casi mil kilómetros de su destino inicial y a su hijo esperándola en el aeropuerto de Berlín. Finalmente Ryanair le pagó un taxi a la pasajera desde Bolonia hasta Venecia, donde pasó la noche y a la mañana siguiente fue embarcada en un avión hacia Berlín.
La responsabilidad es de...nadie
Casi inmediatamente todo el mundo se lavó las manos sobre este grave incidente, dado que el aeropuerto dijo en un primer momento que la responsabilidad del control de accesos es de la aerolínea (aunque investigará seriamente este grave suceso) y Ryanair le dijo al periódico Expressen en una declaración que la responsabilidad ha sido de la pasajera.
Lo cierto es que es responsabilidad de todos, dado que el aeropuerto debe diseñar sistemas de acceso a prueba de este tipo de errores y supervisar el cumplimiento de las normas vigentes. En cuanto al personal de la aerolínea, es su responsabilidad el control de la documentación de los pasajeros, pasando (claro está) por el billete del pasajero donde consta la aerolínea con la que vuela y su destino, dos datos claros que no deberían haber sido pasados por alto.
En este caso, solo ha sido una pasajera y el incidente no ha ido más allá, pero no deja de ser un grave problema de seguridad en un sector sensible. Y al igual que esta vez «se ha colado» en un vuelo que no era suyo una pasajera, podría haber sido alguien con otras intenciones. Por suerte no ha sido el caso. Sin embargo, no ha sido la primera vez que un hombre consigue acceder a un avión en el aeropuerto de Copenhague, como os hemos contado en este artículo.