El Air Force One podría perder, ahora sí, su característica librea azul y plateada, un símbolo ya desde las primeras unidades que han servido a los presidentes de los Estados Unidos.
Donald Trump y su Air Force One
En 2019, Trump presentó por sorpresa una librea nueva para el futuro Air Force One que estaba (y aún está) desarrollando Boeing en colaboración con la USAF, un avión basado en el 747-8I y cuyo nombre será VC-25B y no Air Force One, dado que recordemos que Air Force One es solo un identificativo de llamada, como os hemos explicado en este artículo.
Esta librea perdía por completo el identificativo azul celeste y el cromado tan característico. Este cromado igualmente iba a ser sustituido por un color gris/plata porque es más barato de mantener que el aluminio pulido, Aún así, el esquema general de pintura iba a mantener bastantes semejanzas con sus predecesores, en una línea sobria y elegante que ha caracterizado a los aviones utilizados para estos fines.
Y ahora podría ser una realidad
Los pilotos de los actuales VC-25A volverá a utilizar el identificativo «Air Force One» cuando Trump se encuentre a bordo, dado que acaba de tomar posesión como el Presidente número 47 de los EEUU, por lo que a partir de ahora podrá volver a hacer uso de tan insigne avión.

Y aunque los dos VC-25B están en un avanzado estado de fabricación, aún no han recibido sus colores definitivos. Por lo que ahora si puede ser que Trump acabe cambiando la librea de estos aviones para que finalmente sean más acordes a su diseño. En una fiesta ofrecida por el ya presidente, le fue entregada una tarta con este avión como objeto principal y si, llevaba la librea de Trump y no la azul y cromada.
Se supone que el primer VC-25B podría ser entregado este mismo año si los trabajos avanzan como está previsto, aunque este es un proyecto extremadamente complejo y no se puede aventurar nada de momento, dado que todo podría cambiar de un momento a otro. Boeing, por su parte, está perdiendo más de 1.000 millones de dólares debido a los continuos retrasos y en parte por «culpa de Trump», dado que fue este presidente en su anterior mandato el que cortó el grifo para la fabricación de estos dos nuevos aviones.