Alaska Airlines ha tenido el honor de llevar en su último vuelo a uno de los últimos supervivientes del ataque japonés a Pearl Harbor del 7 de diciembre del año 1941 que supuso la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
Una historia de hace tres años
Un vuelo rutinario hace tres años sirvió como punto de encuentro entre Richard Clyde Higgins y la capitana Grechman, una experimentada piloto de Alaska Airlines en el Boeing 737.
La capitana iba a operar un vuelo desde Honolulu a Los Ángeles hace tres años y antes del vuelo se encontraba saludando a los pasajeros que estaban embarcando en el avión. Entre la multitud vio a Higgins, con su guarnición de Pearl Harbor por lo que entabló rápidamente una conversación con él, descubriendo que regresaba a casa tras haber recibido un homenaje por el 80 aniversario de los ataques a Pearl Harbor, celebrado en 2021.
Higgins, quien por aquel entonces tenía 100 años, le contó su historia y como aquel 7 de diciembre con solo 20 años siendo un suboficial de la Marina ayudó a esconder varios aviones de los ataques enemigos. La capitana se identificó con su historia pues su padre también fue militar y su esposo fue piloto de F-18 de la Armada, actualmente es piloto de 737 en Alaska Airlines. A su llegada a Los Ángeles, Higgins fue recibido por los empleados de Alaska Airlines que habían sido advertidos por la capitana.
El último viaje con Alaska Airlines
Alaska Airlines, al igual que todas las compañías norteamericanas, tienen un protocolo para atender a los caídos o a los veteranos en sus últimos vuelos denominado “Fallen Soldier Program” e incluso tiene dos aviones (un 737-900ER y un Embraer ERJ-175) decorados con una librea especial llamada “Honorig Those Who Serve”. Además, también posee equipo de tierra especial que solo se utiliza en estas ocasiones y otras ventajas como embarque prioritario o acceso a la pista durante el embarque y desembarque.
Higgins falleció el pasado 19 de marzo a los 102 años de edad y la familia avisó primero a la capitana Adrienne Grechman, con quien habían mantenido el contacto desde que se conocieron 3 años antes. Ante la petición de que fuera ella quien llevara los restos del difunto Higgins la capitana aceptó y los empleados de la aerolínea comenzaron a trabajar para que así fuera. Dispusieron para la ruta entre Portland (Oregón) y Los Ángeles el Boeing 737-900ER con matrícula N570AS y la librea especial antes mencionada.
A Portland acudieron varias autoridades el pasado sábado por la mañana, incluida la capitana que tras completar el chequeo y la preparación del avión, bajó a la pista para estar con la familia durante el embarque de Higgins. Junto a ella se encontraban la Policía, los Bomberos y la Guardia Aérea Nacional, entre otros empleados y el equipo de Soldados Caídos de Alaska Airlines que portaban el carro especial que Alaska Airlines tiene preparado en varios aeropuertos con los emblemas de las cinco ramas de las Fuerzas Armadas y que solo se utiliza para estas ocasiones.
A su llegada a Los Ángeles, el avión fue recibido por el clásico arco de agua preparado por los bomberos del aeropuerto e igualmente esperaban las autoridades. Uno de los TMA de Alaska Airlines hizo entrega a la familia de unas monedas de honor. Desde el aeropuerto acompañaron a Higgins hasta el cementerio donde recibió sepultura junto a su esposa, fallecida hace 20 años.
Sin duda un gran homenaje para aquellos que ya no están por parte de una compañía privada que, aunque no tiene ninguna obligación de hacerlo, se esfuerza en cada ocasión para honrar a aquellos que sirvieron a su país.
Fotografías de Ingrid Barrentine – Alaska Airlines Newsroom excepto mención.