Lo sucedido a bordo de este A330 es solo el último caso de una larga lista de sustos ocurridos a bordo de aviones con las baterías de litio, un elemento que está cada vez más presente en nuestro día a día.
Vuelo y desvío del A330
Todo ocurrió el 14 de agosto a bordo del vuelo MU-6958 desde Lhasa a Shanghai (Pudong). Este vuelo, estaba siendo operado por la compañía China Eastern con el Airbus A330-200 con matrícula B-5930.
Cuando el avión se encontraba volando a FL350 a unas 130 millas al oeste de Wuhan, la tripulación de la cabina recibió una viso de un pasajero al que se le había caído una batería portátil entre su asiento. Al mover el asiento, esta se dañó y empezó a emitir humo. La tripulación de cabina actuó rápidamente según el protocolo y retiró parte del asiento de Business para recuperar la batería.
Una vez recuperada, la batería fue introducida en un contenedor portátil para baterías de litio, un elemento que generalmente no ocupa mucho espacio y que muchas aerolíneas están empezando a equipar entre sus elementos de seguridad en vista del aumento de este tipo de incidentes. Estos contenedores suelen estar hechos de un material ignífugo que cierra herméticamente el contenido, impidiendo la entrada de más aire.
El avión se desvió a Wuhan y aterrizó 23 minutos después de solicitar una aproximación prioritaria debido al incendio que estaba teniendo lugar a bordo, una situación muy peligrosa no solo por el incendio que puede causar la batería en sí, sino también porque el humo que emite es muy tóxico.
El Airbus A330 permaneció en tierra en el aeropuerto de Wuhan durante 17 horas antes de reanudar el vuelo a Shanghai (probablemente vacío) y se ha vuelto a incorporar al servicio programado de la compañía.