Australia ha sido uno de los países más herméticos y cerrados con la pandemia del Covid lo que, en parte, ha lastrado un poco la recuperación de Qantas tanto en el mercado nacional como internacional. Sin embargo, parece que esos días han quedado atrás y la aerolínea vuelve a la acción con más ganas que nunca, con un muy ambicioso plan de expansión.
Y si a Qantas le ha costado volver por el Covid, a Finnair no. La parte mala es que a Finnair le ha durado poco la alegría de retomar la normalidad, dado que la guerra iniciada el mes de febrero del año 2022 ha acabado prácticamente con los vuelos de largo radio de la compañía. La aerolínea finesa tenía su red de largo radio sobre todo enfocada a la región de Asia-Pacífico, con muy buenas conexiones a China y Japón pero también a otros países como Tailandia e Indonesia.
Con la llegada de las sanciones, las rutas sobre Rusia se vieron cortadas y la aerolínea se vio obligada a realizar vuelos mucho más largos para llegar a sus destinos, lo que no es rentable económicamente ni llama la atención a los clientes, que buscan otras alternativas.
Por tanto, al tener la compañía más aviones de los que realmente necesita en estos momentos, han tomado la decisión de alquilar dos A330-300 a Qantas, en régimen de Wet Lease pero de larga duración.
Así lo ha asegurado el CEO saliente de Qantas, Alan Joyce (deja su puesto en noviembre de este año) y que ha querido dejar claro que los A330 de Finnair realizarán los vuelos entre Sídney y Singapur a partir de finales de octubre y entre Sídney y Bangkok a finales de marzo del próximo año aunque, eso sí, ofreciendo a bordo todas las ventajas de Qantas. A partir de finales de 2025, estos aviones serán alquilados sin tripulación y serán los empleados de Qantas los que los operen.
Esta decisión viene motivada por el anuncio de Qantas de ofrecer un millón más de plazas en vuelos internacionales a partir de octubre con el objetivo de bajar los precios de los billetes por la alta demanda, unos precios que se han disparado en los últimos meses con la apertura total de las fronteras.
La nueva estrategia de la compañía será incentivar los vuelos a Nueva York, Los Ángeles y Tokio, lanzar nuevas rutas, recuperar aviones de almacenamiento y contratar hasta 8.500 nuevos trabajadores en 10 años, con el objetivo de tener un crecimiento sostenido y firme en el ámbito internacional, especialmente con la llegada de los A350-1000ULR.