Después de varios meses de lucha, IAero, comúnmente conocida por su antiguo nombre Swift Air, se ha declarado en quiebra al no poder afrontar la deuda y no poder recaudar más fondos.
Orígenes de IAero
IAero fue comprada en 2019 por el grupo del mismo nombre y en 2020 se había completado la transición hacia las operaciones bajo este nombre, abandonando la antigua marca por completo. A pesar de los 4 años de operaciones con este nombre, comúnmente se les sigue reconociendo como Swift Air.
Y es que los orígenes de Swift Air se remontan al año 1997, cuando comenzó a operar con un pequeño ERJ-135. A lo largo de los años fue expandiendo sus operaciones hasta posicionarse en tres campos diferentes de los vuelos chárter: la carga aérea, los aviones con configuraciones únicamente de clase economy y los aviones con clase ejecutiva.
Entre sus mayores clientes se encontraba DHL, para quien operaba con sus aviones de carga. Sin embargo, durante estas dos décadas la compañía ha operado vuelos de todo tipo: desde vuelos puntuales para aerolíneas, vuelos para artistas, para equipos de fútbol americano y también vuelos para algunos presidentes, como para John McCain para la campaña presidencial del año 2008 que finalmente ganaría Obama. Uno de los aspectos más controvertidos era la operativa de vuelos de deportación o de traslado de inmigrantes contratados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU.
Problemas financieros
La aerolínea llevaba varios años con problemas financieros, especialmente derivados de la pandemia. Pero en septiembre del año pasado, los directivos dieron un paso adelante y declararon a IAero en quiebra, acogiéndose a la protección por bancarrota del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos.
Se iniciaba así un proceso de reestructuración supervisado por un juez federal norteamericano con un administrador designado a tal efecto. En el momento de su declaración en quiebra, la compañía recibió una inyección de capital de 22.5 millones de dólares del inversor Synovus Financial Corporation para poder seguir operando. Este mismo mes de marzo, obtuvo otros 5 millones adicionales del mismo inversor.
Por desgracia, todo ha sido en vano y la compañía no ha superado con éxito el proceso de reestructuración, quedando disuelto el mayor operador chárter de los Estados Unidos. La aerolínea poseía unos 30 aviones activos antes de su quiebra, entre los que se encontraban varios 737-300, 737-400 y 737-800, siendo los cargueros los más numerosos. La deuda que estaban intentando reestructurar se estima en unos 900 millones de dólares.