Parece que el culebrón del A320 de Ural Airlines podría acabar en menos de un mes, después de haber sido noticia durante un año y medio primero por la hazaña de los pilotos al aterrizar el A320 en un campo no preparado, y después por los vaivenes sobre qué hacer con el avión.
Año y medio para pensar
Sobre este A320 de Ural Airlines ya hemos escrito en numerosas ocasiones en la página, por lo que no lo repetiremos todo de nuevo y a cambio os dejamos este enlace donde podéis consultar todos los artículos.
Sin embargo, nos vamos a centrar en que la dirección de la compañía han tardado un año y medio en decidir qué hacer con este avión, varado en un campo en medio de la estepa siberiana. Durante este tiempo, se han barajado multitud de posibilidades: construir una pista, esperar a que el suelo se congele para sacarlo en vuelo y la última idea de hace no mucho era la de convertirlo en un museo. Claro que si lo hubieran hecho en su actual ubicación poca gente hubiera acudido a visitarlo.
Mientras tanto la compañía alquiló el terreno de cultivo a su propietario para poder tener legalmente el Airbus A320 en ese campo, si bien es cierto que tampoco les quedaba de otra.
La mejor solución siempre fue desguazar el A320 de Ural Airlines
Aunque la dirección de Ural Airlines se resistía a esta idea como en un principio pudiera parecer lógico, lo cierto es que esta opción era la más variable desde el principio y si se hubiera hecho al poco tiempo del aterrizaje de emergencia, quizás hubiera sido hasta más beneficioso.
Rusia vive un bloque internacional en muchos frentes y uno de ellos es la aviación. El país se ha quedado sin acceso oficial a piezas de repuesto y a nuevos aviones occidentales y estando su industria como está, no les queda más alternativa que aprovechar al máximo las unidades que aún vuelan para ellos. Esta unidad era una de ellas. No obstante, desde el inicio de las sanciones muchos aviones han sido desguazados para poder conseguir piezas de repuesto.
Este avión ha pasado dos largos inviernos a la intemperie preservado de una forma precaria. Las últimas fotos publicadas por la aerolínea muestran como ha sido despojado de casi todas las piezas que pueden volver a ser utilizadas: desde componentes eléctricos a superficies de control, piezas de los circuitos hidráulicos y por supuesto los motores y el tren de aterrizaje, las piezas más valiosas del avión.
El interior también ha sido retirado casi por completo y todas las piezas han sido enviadas a la sede de la compañía en Ekaterimburgo donde serán reacondicionadas y reutilizadas en el resto de la flota. El cuanto al fuselaje del avión, que no es más que una carcasa vacía, pronto será cortado y achatarrado. El campo podría quedar completamente limpio a finales de febrero, poniendo así punto y final a un año y medio de historias donde este avión de 21 años ha sido el protagonista.