Después de su primer vuelo con éxito el pasado mes de noviembre, Northrop Grumman ha recibido luz verde para comenzar con la producción del B-21 Raider, el nuevo bombardero de la USAF.
La joya de la corona de Northrop Grumman
El 2 de diciembre del año 2022 se presentaba oficialmente el primer prototipo del Northrop Grumman B-21 Raider, el nuevo bombardero destinado a la USAF que sustituirá a las flotas de B-2 Spirit y B-1B Lancer actuales unificando la flota y aumentando sus capacidades.
Todavía no hay mucha información disponible porque, como es lógico, la mayor parte de las características de este avión son confidenciales, pero si que se sabe que el avión podría tener unos 80.000kg de peso máximo de despegue con una envergadura de unos 40m y una longitud de 16. Por supuesto, al igual que el B-2, será un avión subsónico que basará su eficiencia en la misión en ser un avión completamente invisible a los radares gracias a su diseño. Estará propulsado por dos motores de Pratt & Whitney sin poscombustión de baja huella de emisión.
El tercer avión más caro de la historia
El Subsecretario de Defensa para Adquisiciones y Mantenimiento y los Estados Unidos, William LaPlante, ha confirmado en una entrevista a Air & Space Forces que ha autorizado el comienzo de la producción del avión a bajo ritmo, lo que será una de las primeras etapas de la producción de este modelo.
Un de las cosas que no se han hecho pública sobre este programa es precisamente su coste. Si embargo, se estima que el coste de adquisición de cada uno de los aviones estará entre 700 y 750 millones de dólares por unidad.
A largo plazo, se estima que la compra y uso de una flota de 100 B-21 Raider a 30 años tendría un coste total de 203.000 millones de dólares. Esto hace al B-21 de Northrop Grumman el tercer avión más caro de la historia solo por detrás de los VC-25B que se están fabricando en estos momentos y por detrás del propio B-2 también de Northrop Grumman.
El nuevo avión presidencial de los Estados Unidos será el avión más caro fabricado, pues la adquisición de las dos unidades y su conversión costarán más de 5.000 millones de dólares. Sin embargo, el contribuyente no pagará más de 2.500 millones de dólares por avión, dado que el contrato es a coste cerrado y todos los sobrecostes serán asumidos por Boeing.
En cuanto al B-2 Spirit, en su día el coste de adquisición de una unidad estaba entorno a los 750 millones de dólares, que ajustado a la inflación actual y al coste operativo, se sitúa en unos 2.000 millones de dólares por avión. El accidente de uno de estos aviones tiene el récord actual al accidente de avión más caro de la historia.