Por desgracia, cada cierto tiempo salen noticias de polizones que se cuelan a bordo de los aviones con la intención de viajar a otro país, generalmente mejor que el suyo. Por desgracia, la mayoría de los casos acaban mal.
Un polizón de Argeria a París
El pasado 28 de diciembre, los empleados de rampa del aeropuerto Orly de París se llevaron una desagradable sorpresa cuando llegó a su posición asignada el vuelo regular de Air Algérie. El vuelo AH1060 de Air Algérie del 28 de diciembre fue operado por el Boeing 737-800 con matrícula 7T-VKQ, que realizó un vuelo de poco más de 2 horas desde la ciudad de Orán con destino al aeropuerto de Orly en París.
Los empleados vieron un cuerpo que estaba en la bahía del tren de aterrizaje del Boeing 737, por lo que procedieron a avisar a los servicios de emergencia del aeropuerto, que rápidamente acudieron al avión. Trasladaron al polizón a un hospital cercano donde fue tratado por congelación e hipoxia.
Se desconoce el estado actual de esta persona, pero en el momento de su traslado las autoridades calificaron su estado como de “extrema gravedad”.
Un milagro que esté vivo
Tal cual: es un milagro que esté vivo. El entorno en el que se mueven los aviones es uno de los ambientes más inhóspitos para el ser humano.
Para empezar, cuanto más alto se vuela, menos presión atmosférica hay, por lo que permanecer con vida se vuelve casi imposible. Si no hay presión atmosférica, no se realiza el intercambio de oxígeno en los alveolos pulmonares, por lo que en altitud de crucero se puede perder la consciencia en menos de 15 segundos y morir a los pocos minutos.
Por si esto no fuera suficiente, a una altitud de 36.000 pies (altura a la que volaba el avión de Air Algérie donde iba el polizón) la temperatura exterior puede llegar a menos 50 grados centígrados. Esta es una temperatura extremadamente baja para el ser humano, donde puede aparecer muy rápido la hipotermia y posteriormente la congelación, pudiendo provocar el fallecimiento de una persona si esta se expone de forma prolongada a estas temperaturas.
Como sabéis, el tren principal del #B737 no se introduce completamente en el fuselaje, sino que este queda expuesto durante el vuelo. Al menos, una pequeña parte.
Aquí se puede ver el despliegue del tren y la toma, con una cámara colocada dentro de la bahía del propio tren.… pic.twitter.com/Q7WpElzzFM— On The Wings of Aviation (@OnAviation) May 27, 2023
Y, para terminar, los aviones aprovechan al máximo todo el espacio disponible y la bahía del tren de aterrizaje no es una excepción. Cuando el tren es plegado, queda realmente muy poco espacio y, por desgracia, en más de una ocasión un polizón que viajaba escondido en la bahía del tren ha muerto aplastado por los mecanismos del propio tren.
La inconsciencia de los peligros que supone y la desesperación llevan a realizar estos peligrosos viajes que rara vez acaban bien. Esperemos que esta vez sea una de esas raras veces donde se acaba recuperando.