La situación actual de Spirit Airlines no es fácil desde que un juez paralizara su fusión con JetBlue. A eso, podría estar sumándose la salida de pilotos y los problemas con los motores.
Un cóctel perfecto
El pasado 16 de enero, un juez paralizaba la fusión entre Spirit Airlines y JetBlue, haciendo que las acciones de la compañía se hundieran en la bolsa. Desde entonces, no se ha reactivado el proceso de fusión que sigue paralizado a fecha de publicación de este artículo.
Las acciones de la compañía cotizaban a casi 15 dólares el día antes del fallo y cayeron hasta los 5.70 dólares por acción. La última cotización marca el valor de un acción en 6.62 dólares. A esto hay que sumarle los problemas económicos de la compañía y que recientemente han anunciado que este año probablemente alcancen los 41 aviones en tierra debido a problemas con los motores Pratt & Whitney PW1100G.
Por si todo esto no fuera suficiente, parece que muchos pilotos de la compañía están buscando trabajo en otras compañías, enviando currículums a varias de las compañías norteamericanas, especialmente a las big three. Esto se ha intensificado especialmente a raíz de que el CFO de la compañía dijera que estaban vigilando los costes laborales que en cualquier empresa suelen suponer una buena parte del presupuesto.
¿Qué futuro le espera a Spirit Airlines?
Desde la compañía se ha asegurado que el ratio de salidas de la compañía es incluso menor que lo pronosticado para este año. No obstante y como es lógico, la preocupación existe entre los empleados porque a día de hoy no se sabe a ciencia cierta qué pasará con la compañía.
Si la fusión con JetBlue no se desbloquea, algo que no parece que vaya a ocurrir, es probable que finalmente Spirit Airlines tenga que acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, una protección por bancarrota en la que un juez dirige mediante un administrador designado la reestructuración de la compañía y su deuda. Actualmente esta sería una de las mejores salidas que tendría la aerolínea de bajo coste si sus problemas financieros persisten.
No obstante para llegar a ese punto todavía falta, puesto que se espera una respuesta por parte de JetBlue y Spirit Airlines dado que aún están en plazo para recurrir la decisión judicial y negociar una posible fusión, probablemente a cambio de mayores cesiones en rutas a otras compañías.