Después de casi dos meses de intriga, finalmente ambas compañías han comunicado el final de su propósito de fusión tras la paralización por parte de un juez federal al proceso iniciado en 2022.
JetBlue y Spirit Airlines ya no se fusionarán
Según ambas compañías han comunicado, han alcanzado un acuerdo mutuo por el que dan por finalizado el proceso de fusión que habían comenzado en julio del 2022. En enero de este año, un juez federal detuvo el proceso alegando preocupaciones sobre posición dominante en el mercado y eliminación de oferta (monopolio).
Sin embargo, desde ambas compañías creen que habría sido un gran paso para las mismas y una oportunidad para competir con las big three norteamericanas (American Airlines, Delta Air Lines y United Airlines) y con la mayor aerolínea low cost del mundo, Southwest Airlines.
Sin embargo, los reguladores no lo ven así y ambas compañías tenían hasta mediados del próximo mes de julio para cumplir con una serie de requisitos y documentación que, finalmente, han optado por no realizar. Por tanto, ambas compañías creen que es mejor seguir caminos separados y seguir como hasta ahora. Finalmente JetBlue pagará a Spirit Airlines 69 millones de dólares que anularán todos los procesos en marcha.
¿Y ahora que pasará con Spirit Airlines?
Curiosamente las acciones de JetBlue se han disparado en bolsa un 14.60% tras el anuncio realizado por ambas compañías, hasta situarse en los 6.75 dólares por acción, uno de los mejores registros de la aerolínea en los últimos meses, aunque aún muy lejos de los más de 30 dólares que valían en su mejor momento.
Caso contrario es el de Spirit Airlines, pues la aerolínea vale menos ahora que nunca con una caída de casi el 11% en la última sesión hasta los 5.76 dólares por acción. Y es que la compañía ha perdido el 64.5% de su valor en bolsa en los últimos 6 meses, con una fecha especialmente mala el pasado 18 de enero cuando las acciones cotizaron a su mínimo de 5.70 dólares. En los últimos 5 años, la aerolínea ha perdido prácticamente el 90% de su valor y es que en un ya lejano 2014, las acciones llegaron a cotizar por encima de los 84 dólares.
El futuro de Spirit Airlines pinta realmente mal y es probable que se acabe por acoger al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los EEUU para evitar males mayores. Además, se enfrenta a una posible salida en masa de empleados además de otros problemas que ha de resolver a la mayor brevedad posible y, ahora, de forma independiente.
Y es que el tiro de los reguladores norteamericanos podría haber salido por la culata, puesto que Spirit Airlines ocupa una gran cuota de mercado con más de 200 aviones activos y que si hipotéticamente desaparece, podría causar un gran alza de los precios debido a la reducción súbita y considerable de la oferta. Eso es algo que el tiempo dirá.