Este tipo de situaciones siempre son complicadas y más aún debe serlo para el piloto que está siendo juzgado en la ciudad francesa de Montauban, al norte de Toulouse.
Los hechos ocurrieron en 2018
Los hechos que ahora son juzgados sucedieron hace 5 años, en el año 2018. El piloto del avión ha sido identificado por la corte como Alain C de 64 años, un piloto de una escuela de paracaidismo local de Bouloc-en-Quercy que en ese momento pilotaba un Pilatus PC6, un avión típico para este tipo de actividades.
Al parecer, el piloto subió hasta los 14.000 pies donde soltó a varios paracaidistas que estaban usando trajes de vuelo, que ayudan a que la caída no sea tan pronunciada y se pueda experimentar un vuelo más natural, como si se tuviera alas.
Aproximadamente 20 segundos después del salto, el avión impactó contra uno de los paracaidistas decapitándolo. El paracaídas de emergencia del paracaidista, identificado como Nicolás Galy de 40 años, se abrió y el cuerpo ya sin vida aterrizó en un campo cercano.
Cabe destacar que estos aviones, después de que salten sus ocupantes, descienden casi en picado para recoger a la siguiente tanda de paracaidistas, generalmente llegando al suelo antes que los paracaidistas que han realizado el salto. Ese sería el momento en el que el avión habría impactado contra el fallecido.
La fiscalía contra el piloto
La fiscalía francesa ha acusado al piloto de un homicidio imprudente por la muerte de Nicolás G. para lo que pide una sentencia de 12 meses de prisión con suspensión por no tener antecedentes y una multa de 10.000 euros para la empresa que daba trabajo al piloto.
Según las declaraciones de Alain C. en el estrado del tribunal, este declaró que no tenía la culpa del incidente, pues pensaba que el grupo de paracaidistas estaban más al sur de su posición, como sería habitual. Aunque sí reconoce que perdió de vista a los paracaidistas y que supuso que se habían alejado de la aeronave.
Durante el juicio, también se expuso que este salto no había sido plenamente preparado, dado que era un salto rutinario, por lo que no se habló de las rutas de vuelo de cada una de las partes implicadas.
Por su parte, la Fiscalía ha expuesto que el paracaidista Nicolás G. tenía bastante experiencia, dado que en el momento del accidente estaba realizado su 226 salto y que el piloto volaba en ese momento con una licencia no válida por unas restricciones debido a su condición médica, aunque no se han especificado cuáles ni las restricciones que tenía vigentes.
El veredicto final será emitido por el tribunal de Montauban el próximo mes de noviembre.