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Un MD11, dinero y un cadáver: la rocambolesca historia del vuelo AJK-4130

Las películas tienden a basarse muchas veces en hechos reales que acaban exagerando para atrapar la atención del espectador. El caso de este MD11 podríamos decir que es diferente, pues parece que la realidad supera a la ficción.

Una operación rutinaria con un MD11 de carga

O al menos eso iba a ser en principio. La compañía Western Global Airlines tenía un acuerdo con Network Airlines Management para realizar una serie de vuelos de carga, especialmente hacia diferentes países africanos. El avión en cuestión, un MD11F con matrícula N545JN realizó el 13 de febrero del año 2016 el vuelo AJK-4425 desde Kampala (Uganda) hasta Lieja, en Bélgica.

Después de dejar su carga en Bélgica, el avión voló vacío a Múnich en un vuelo de posicionamiento para encarar su siguiente vuelo. Este vuelo se realizó con el mismo indicativo que el anterior. 

Foto tomada en Múnich por el spotter Markus Schwab donde se observan las manchas de sangre.
Foto tomada en Múnich por el spotter Markus Schwab donde se observan las manchas de sangre.

Una vez en Múnich, el avión recibió una preciada carga de 67 toneladas de billetes. Más en concreto, moneda de curso legal que se había impreso en Alemania y que tenía como destino Durban, en Sudáfrica. Es normal que los países impriman parte de sus monedas fuera del mismo como medida de seguridad y para imprimir esta partida de rands, Sudáfrica escogió a Alemania para imprimirlos. 

Cuando el avión estaba en el aeropuerto de Múnich, este fué fotografiado por el spotter Markus Schwab quien pudo observar junto al tren delantero, en la parte derecha del avión un pequeño rastro de sangre. Los agentes de rampa del aeropuerto de Múnich también se dieron cuenta de este detalle pero se descartó tomar medidas pensando que podría ser el impacto de un ave.

Una vez con la carga a bordo, el avión despegó desde Múnich como AJK-4130 con destino al aeropuerto de Maputo, en Mozambique, donde tenía que repostar antes de continuar a Durban. La enorme carga que llevaba a bordo el MD11F no le permitía cargar el combustible suficiente para recorrer los 8.900km que separa la ciudad alemana de la sudafricana. 

Sin embargo, una vez en el aire, la tripulación fue notificada que no se le iba a permitir el aterrizaje en Maputo, por lo que decidieron que el lugar de aterrizaje sería el aeropuerto de Harare, en Zimbabue, donde el avión finalmente tomó tierra la madrugada del 14 de febrero, sin más novedad (de momento).

Polizón a bordo del MD11

Sin embargo, una vez en tierra, los agentes de rampa notaron también la sangre del fuselaje, por lo que llamaron a la policía que acudió rápidamente al avión. 

Tras una inspección, la policía encontró el cadáver de un hombre en el compartimento del tren de aterrizaje. Inmediatamente procedió a detener a toda la tripulación del avión y ordenó la puesta en tierra del mismo, sin que nadie se pudiera acercar a él ni a su carga.

Finalmente los tripulantes fueron puestos en libertad dos días después y el avión pudo continuar su trayecto el 19 de febrero a Sudáfrica, aunque el destino final fue la base aérea de Waterkloof, al sur de Pretoria.

Investigación y conclusiones de las autoridades

El 20 de febrero, la policía de Zimbabue declaró que la autopsia practicada al cadáver no mostraba heridas ni externas ni internas y que este probablemente había fallecido por las bajas temperaturas y la falta de oxígeno, puesto que el compartimento del tren de aterrizaje no está presurizado ni calefactado.

Vista desde uno de los MD-11F de la compañía. Foto: Western Global

Por su parte, declararon que ni los tripulantes del avión ni la compañía tenían nada que ver con el polizón y que este podría haberse subido al avión cuando estaba en tierra en algún momento de la semana anterior, dado que el avión estuvo en Lagos, Abuya y  Kampala, por lo que exoneraron de cualquier culpa a los detenidos y a la compañía.

Finalmente la carga de dinero fue entregada a las autoridades sudafricanas y se abrió una investigación interna para determinar como pudo haber estado el polizón varios días a bordo del avión sin que nadie se diera cuenta, especialmente tras haber detectado la sangre en Múnich.

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