El robo y desaparición del B727 hace 20 años

El 25 de mayo del 2003, un Boeing B727 fue sustraído del aeropuerto internacional Quatro de Fevereiro de Luanda, Angola, para desaparecer para siempre, nunca ha sido encontrado y no hay una postura oficial sobre su destino.

N844AA poco antes de su desaparición con la librea parcial de American Airlines pero sin los títulos.

El avión, con matrícula N844AA, había realizado su primer vuelo en 1975 y desde entonces y hasta febrero de 2002 había volado siempre para American Airlines. Una vez finalizada su vida útil en la compañía norteamericana, lo adquirió la compañía de leasing Aerospace Sales & Leasing y poco después lo envió a África para ser arrendado a una compañía nigeriana denominada IRS Airlines. El acuerdo no salió bien y el avión se destinó a la aerolínea angoleña Irwin Air.

Por motivos que aún a día de hoy no se conocen, en la tarde del 25 de mayo, dos personas que sí fueron identificadas como Ben Padilla (norteamericano) y John Mutantu (angoleño) abordaron el avión y, sin pedir autorización a torre, se dirigieron hacia la pista del aeropuerto de Luanda. El avión despegó sin ninguna de sus luces encendidas y el transpondedor apagado.

Lo último que se sabe de este avión es que se dirigió hacia el Océano Atlántico y jamás se volvió a saber de él ni de su tripulación de dos personas (aunque no se descarta que hubiera más implicados). Nunca se encontraron restos del avión ni se volvió a encontrar en ningún lugar.

Debido a que los ataques del 11 de septiembre estaban recientes y que había desaparecido un avión norteamericano con una persona norteamericana a bordo, tanto la CIA como el FBI tomaron parte en la investigación a la vez que realizaron sus propias averiguaciones, un trabajo que no dió ningún fruto pues, nunca más se obtuvo ningún detalle de esta aeronave.

Durante los años, se barajaron diferentes posibilidades, siendo una de las más recurrentes el robo para cobrar el seguro. Tras dos tratos que salieron mal, es plausible que el robo se debiera para cobrar el seguro por un avión que ya estaba al final de su vida útil aunque, por supuesto, nunca se pudo demostrar. También se barajó la posibilidad de un robo por encargo para ofrecerlo a algún grupo terroristas o si, directamente, se robó con intenciones terroristas. En ese momento las agencias de inteligencia norteamericanas barajaron todas las posibilidades.

Sea como fuera, aún 20 años después, se sigue sin saber nada de este Boeing B727 que desapareció tras un despegue a priori normal en Luanda y ha quedado como uno de los grandes misterios de la aviación comercial civil de la historia.

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