Las amenazas de bomba nunca jamás se toman a la ligera, aunque se sepa la procedencia de dicha amenaza. El protocolo es claro y en el caso de este B737 de American Airlines la actuación fue limpia y rápida.
Amenazar desde dentro
En el caso de las amenazas de bomba, ya hemos visto de todo. Desde notas en los baños del avión, llamadas a la compañía, a miembros de la tripulación, etc. Y siempre la forma de proceder esla misma:
- Si el avión está en el aire, hacerlo aterrizar lo antes posible y evacuarlo para poder inspeccionarlo.
- Si el avión está en tierra pero rodando, se le dirige a un área segura y apartada del aeropuerto, para ser evacuado e inspeccionado por las fuerzas de seguridad. Si está en la puerta de embarque, se despeja el área a su alrededor para ser inspeccionado.
De hecho, hace poco pudimos ver un caso parecido en Buenos Aires. Podéis encontrar los artículos en este enlace.
El caso que nos ocupa hoy, ocurrió en octubre del año 2022 en el vuelo AA928 que American Airlines opera con Boeing B737 entre las ciudades de Dallas (Fort Worth) y el aeropuerto de Albuquerque, en Nuevo México. Sin embargo, las imágenes han estado retenidas por las autoridades debido a que el caso estaba aún en investigación judicial. Ahora, el popular canal de Youtube Cops&Cons que se dedica a la publicación de imágenes de las cámaras corporales de la policía, ha accedido al material.
En el video se puede ver como la policía de Albuquerque está esperando al avión en una zona más apartada y despejada, sabiendo ya perfectamente quién era el responsable de la amenaza de bomba. Este pasajero decidió utilizar el sistema AirDrop de Apple para lanzar un mensaje a otros pasajeros del avión diciendo que a bordo había una bomba y que iba a destruirlo.
Siempre deja huella
Aunque haya gente que crea que el sistema AirDrop no deja huella, lo cierto es que si deja un rastro que permitió encontrar al culpable. La colaboración entre la policía y la compañía, American Airlines, permitió determinar el asiento exacto donde se encontraba el culpable de la amenaza.
Los agentes detuvieron al sospechoso a bordo del B737 y lo sacaron fuera escoltado y esposado. Posteriormente, los demás pasajeros fueron desembarcados según manda el protocolo y las autoridades inspeccionaron todo el avión en busca del artefacto que, finalmente no apareció.
Una vez constatado que se trataba de una falsa alarma, el equipaje se entregó a sus respectivos propietarios. El acusado de la falsa amenaza enfrenta ahora varios cargos federales por falsa amenaza, provocar un aterrizaje de emergencia, engaño y un largo etcétera. Si finalmente es encontrado culpable, podría tener una sentencia de entre 5 y 10 años de prisión. Además, es de esperar que sea incluido en la famosa “No Fly List” norteamericana, con lo que se le prohibiría volar.