Alaska Airlines ya ha recibido una primera indemnización por parte de Boeing por el incidente del pasado mes de enero donde uno de sus 737 MAX 9 ha perdido un tapón del fuselaje en vuelo.
Alaska Airlines ha declarado la indemnización
Alaska Airlines ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que ha recibido un primer pago en efectivo por parte de Boeing de 160 millones de dólares.
El pago de esta indemnización no se corresponde al incidente en sí, sino a la pérdida de beneficios que ha tenido Alaska Airlines. La compañía (al igual que todos los operadores que disponían del famoso tapón en el fuselaje) se vio obligada a dejar en tierra sus 737 MAX 9 durante 3 semanas, hasta que la FAA finalmente autorizó la vuelta del modelo al aire tras completar una inspección de 4 horas por tapón.
Durante este tiempo, la aerolínea tuvo que cancelar vuelos y algunas rutas ante la falta de aviones, por eso se realiza ahora este pago. La compañía también le ha dicho a la CMNV que más adelante recibirá otro pago de Boeing en concepto de indemnización por el incidente en sí y el daño a su imagen, pero que los términos de ese acuerdo eran privados y no serían hecho públicos.
La primera de muchas
La indemnización satisfecha ahora a Alaska Airlines es solo la primera de muchas que Boeing tendrá que pagar a causa de la puesta en tierra del MAX 9, pero no serán ni de lejos las únicas que tendrá que abonar.
El proceso penal contra Boeing por los accidentes de los dos MAX 8 de 2018 y 2019 se ha reabierto lo que, por supuesto, abre la puerta a futuras indemnizaciones a los afectados y a las partes demandantes. Además, la compañía también tendrá que pagar (o hacer importantes descuentos) a las compañías por los retrasos en las entregas de los aviones, que se han ido acrecentando en los últimos meses.
Por último, también tendrá que sacar la chequera para pagar a las compañías que han pedido el MAX 7, el MAX 9 y el 777X (tanto el -8 como el -9) dado que todos estos aviones llevan mucho retraso respecto al plan original, lo que está afectando a la planificación de las aerolíneas, a sus empleados y al desarrollo económico de muchas regiones. No se auguran buenos tiempos para el fabricante norteamericano.