La peor terminal de pasajeros del mundo

Cuando viajamos, pasamos mucho tiempo en las terminales (quizás más del que nos gustaría) y nos fijamos en aspectos como la iluminación natural, la limpieza, la cantidad de restaurantes y los precios de la comida y muchas veces puede no gustarnos. Pero, siempre podría ser peor…

Esta terminal es como una prisión...bueno, es que es una prisión

Técnicamente este lugar es el Centro de Transferencia de Oklahoma City o FTC por sus siglas en inglés. Se trata de una prisión inaugurada en 1995 y que sirve a la Oficina Federal de Prisiones del Departamento de Justicia de los Estados Unidos como punto de reparto de presos. 

La ubicación de este centro es inmejorable, pues al estar en Oklahoma, se encuentra en el centro del país, lo que permite cierta cercanía a casi todas las prisiones federales (obviando por supuesto Alaska y Hawai, que se encuentran más lejos).

Vista aérea de la terminal de Oklahoma con un Boeing 737
Vista aérea de la terminal de Oklahoma con un Boeing 737 del JPATS. Foto: Google

La peculiaridad de esta prisión es que cuenta con un acceso directo al aeropuerto internacional Will Rogers World Airport, el principal aeropuerto del estado. Este acceso se compone de una calle de rodaje propia y dos pasarelas que pueden ser conectadas directamente a los aviones, además de otros dos lugares de estacionamiento para desembarcos a pie.

Dichas pasarelas telescópicas están conectadas a la prisión mediante un puente que llega hasta uno de los lados del edificio, un edificio capaz de albergar hasta 1.300 presos tanto hombres como mujeres clasificados según diferentes grados de peligrosidad.

Por supuesto esta terminal se diferencia de las demás, incluso de las otras ubicadas dentro del propio aeropuerto Will Rogers, en que solo tiene un restaurante con un menú preestablecido. El personal que atiende la terminal no es muy amable y hay poca luz natural. Además, la estancia es obligatoria y las escalas suelen durar bastante más que la media de escalas de otras terminales.

Además, también existe la posibilidad de conflicto con otros pasajeros que también se encuentran en tránsito, lo que hace que es poco probable que veamos esta terminal en los premios Skytrax como una de las mejores del mundo.

Solo puede operar una aerolínea

La mayoría de grandes aeropuertos de los Estados Unidos tienen terminales propias para cada compañía y algunas otras donde se mezclan diferentes compañías. En esta caso, esta terminal es exclusiva para una única compañía, aunque ocasionalmente pueden venir otros aviones siempre contratados por la Oficina Federal de Prisiones.

Prisioneros embarcando en uno de los 737-400 de la JPATS
Prisioneros embarcando en uno de los 737-400 de la JPATS. Foto: US Marshals

Desde esta terminal opera una aerolínea registrada como Justice Prisoner and Alien Transportation System o JPATS, aunque comúnmente se conoce como «Con Air». Esta aerolínea es operada por los US Marshals para la Oficina Federal de Prisiones y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los EEUU.

Fundada en el año 1995 a partir de la fusión de la flota aérea de los US Marshals con la flota del servicio de Inmigración y Naturalización, esta compañía opera actualmente 4 aviones Boeing 737: dos unidades de la versión 400, uno de la versión 700 y uno de la 800. Aunque en estos momentos se encuentran inmersos en la búsqueda de dos aviones NG para sustituir a los aviones de la serie 400 que actualmente tienen más de 30 años. Antiguamente, también operaron los Boeing 727, MD-80 y DC-9.

Oklahoma es la principal base operativa de la aerolínea que tiene un hub también en las Vegas. Las oficinas administrativas se encuentran en Kansas City, Missouri. Durante este tiempo han operado más de 70.000 horas de vuelo con una media de 200.000 pasajeros al año. Dato curioso: el indicativo de llamada de la compañía es «Justice».

Esta aerolínea también puede ser solicitada por prisiones estatales o locales para el traslado de sus reclusos, pero el precio a pagar actualmente por el transporte de un preso es de, como máximo 2.838 dólares (como un billete en business).

En complemento, la Oficina Federal de Prisiones puede contratar aviones civiles para realizar traslados de presos, siempre bajo custodia de los Marshals. Estos aviones operan en todo el territorio nacional (y también internacional) trasladando a los presos entre prisiones o a diferentes juzgados según se requiera, por lo que el centro de Oklahoma es uno de sus destinos más importantes.

Durante los vuelos, los presos van siempre con las esposas en las muñecas y cadenas en los tobillos y la cintura, pero no van sujetos al avión de ninguna forma excepto con el cinturón de seguridad, por estrictas normas de la FAA. También pueden llevar medios adicionales personales para evitar que escupan o que arañen. Los presos van juntos en los aviones, aunque la única separación que se realiza es por pandillas o bandas, para evitar conflictos. Estos últimos suelen viajar en vuelos separados.

Y al igual que la terminal, los aviones no son como el resto de las aerolíneas: el servicio a bordo sería muy malo si lo hubiera, porque no lo hay. A bordo no se sirve nada durante los vuelos y por no poder no se pueden ni utilizar los servicios. Tampoco está permitido reclinar los asientos y no hay servicio de entretenimiento a bordo (PTV). 

Volviendo a la comparativa con la terminal, los TCP del avión tampoco son amables y no les gustan las bromas. Están entrenados y autorizados a reducir a cualquier pasajero que suponga una amenaza para otro pasajero, para el vuelo o para el avión.

Por motivos de seguridad, la fecha y los horarios de los vuelos, son datos que solo conoce el personal implicado en dichos vuelos y no se suele comunicar a los pasajeros excepto muy poco tiempo antes y en algunos casos ni se les comunica para evitar que no quieran subirse a los vuelos (que hagan planes de fuga, vaya). Además, los destinos no se pueden elegir, sino que son obligatorios y no son precisamente la última moda en destinos vacacionales.

Fuera de bromas, este es uno de los sistemas quizás más desconocidos del sistema de prisiones de los Estados Unidos, el mayor del mundo por número de reclusos con cerca de 1.800.000 reclusos actuales, lo que da una tasa de más de 500 reclusos por cada 100.000 habitantes. Aunque en su punto álgido entre el año 2005 y 2015 ha llegado a tener más de 2.300.000 presos.

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