El 4 de octubre de 2023, un Airbus A321NEO de Titan Airways sufrió un incidente que se catalogó en principio como la pérdida de tres ventanas del avión durante el despegue. Un incidente (muy raro) que provocó que el avión no se pudiera presurizar, obligándolo a volver al aeropuerto de origen como os hemos contado en este artículo.
Faltaban dos, y otra estaba a punto de caer
La AAIB británica acaba de publicar un informe preliminar en el que aclaran lo sucedido en el A321NEO de Titan Airways con matrícula G-OATW, que había salido del aeropuerto de Stansted el 3 de octubre con 11 miembros de la tripulación a bordo y 9 pasajeros. Lo primero y más importante que hay que decir es que nadie resultó herido.
Y lo segundo que hay que decir es que este es un informe preliminar y que la investigación sobre el suceso continúa entre la AAIB y la aerolínea, en colaboración con la empresa propietaria y el fabricante de los focos para comprender lo que pudo suceder y cómo se ocasionaron los daños que no fueron detectados. Por tanto y teniendo en cuenta lo anterior, es posible que el informe final incluya conclusiones e indicaciones diferentes a las ahora emitidas. El informe puede ser consultado en este enlace.
Al parecer, según el avión ascendía a 10.000 pies, empezó a bajar la temperatura de la cabina en la parte trasera y a tener un ruido ensordecedor. La tripulación detuvo el ascenso a FL140 y tras inspeccionar las ventanas del lado izquierdo del avión, junto a las salidas de emergencia sobre el ala, se dieron cuenta de que una de las juntas de una de las ventanas estaba fluctuando con el aire que entraba a la cabina.
La tripulación decidió volver al aeropuerto de salida y tras una breve espera para completar la checklist para aterrizajes con sobrepeso, volvieron a aterrizar en Stansted después de 36 minutos en el aire.
Una vez en tierra, la tripulación observó desde fuera que faltaban dos ventanas y que la tercera estaba a punto de caerse.
Una sesión "muy caliente" con el A321NEO de Titan Airways
Y es que resulta que el día anterior a la salida del avión, este había sido objeto de una sesión de grabación. Para dicha sesión, se instalaron varios focos de gran potencia para simular un atardecer para unas fotos. Dichas luces, de las cuales se colocaron 6 en cada lado del avión, estuvieron enfocando en el lado izquierdo durante aproximadamente 4 horas y el lado derecho durante cinco horas y media.
Estas luces son muy potentes, dado que son focos profesionales que se emplean en producciones audiovisuales de primer nivel. La exposición prolongada provocó que las ventanas exteriores se derritieran, deformándolas y permitiendo así la entrada de aire que seguramente las haya acabado arrancando.
El avión estuvo en tierra desde su aterrizaje en Stansted el 4 de octubre hasta el pasado día 27, cuando despegó con destino a Boeing Field, en Seattle. A fecha de publicación de este artículo, está en Nueva Zelanda.
No es la primera vez: ya le pasó a Turkish
El 26 de junio del año 2019, Turkish Airlines recibió su primer Boeing 787-9 matriculado TC-LLA. Como los primeros días de un nuevo avión (y sobre todo de un nuevo modelo) suelen ser calmados mientras se terminan de dar los detalles interiores, cargar el sistema de infoentretenimiento de la compañía, etc, muchas compañías aprovechan para rodar spots publicitarios con su nueva incorporación.
Türk Hava Yolları’nın yeni uçağı Boeing 787-9 tipi Dremliner yolcu uçağının içindeki tanıtım çekimleri sırasında uçağın pencereleri aşırı sıcaktan eridi. Kamera ve spot ışıklarının sıcaklığına pencere dayanamadı. pic.twitter.com/YoAAK8uGXd— AirportHaber (@AirportHaber) June 30, 2019
Y ese fue el caso del Dreamliner. Aunque en aquella ocasión fue peor porque la parte exterior de las ventanas se llegaron a quemar ligeramente, dado que la temperatura fue mucho mayor y durante más tiempo. Esto provocó que el avión estuviera fuera de servicio casi un mes y que necesitara una serie de reparaciones y revisiones en el fuselaje.