Resulta muy curioso que un 787 tenga que desviarse a otro aeropuerto porque, en plena ruta, se den cuenta de que el avión es demasiado grande para el aeropuerto de destino. Pero eso le ha pasado a American Airlines.
El Boeing 787-9 no cabe en Nápoles
El pasado 3 de junio, el Boeing 787-9 de American Airlines con matrícula N837AN estaba operando el vuelo AA780 entre Filadelfia y Nápoles (Italia), cuando, de forma inesperada se desvió al aeropuerto Fiumicino de Roma.
No se declaró ninguna emergencia o urgencia a bordo del avión, no había mal tiempo en Nápoles ni el aeropuerto sufría ningún problema que impidiera la operación normal del aeródromo. Entonces. ¿qué pasó? Bueno, mientras el avión estaba en el descenso para acercarse al aeropuerto de Nápoles, se dieron cuenta de que el 787 era demasiado grande para sus instalaciones y equipamientos.
Los pasajeros fueron desembarcados en Roma y llevados a Nápoles tanto por tierra como por aire en algunos de los vuelos disponibles del día. El avión en cuestión volvió a despegar hacia los Estados Unidos ese mismo día. Y es que American Airlines ha inaugurado la ruta a Nápoles hace apenas un mes (con gran éxito de ocupación) pero siempre empleando para ello el 787-8.
Las diferentes categorías de aviones
Cuando hablamos de categorías de aviones comerciales solemos pensar habitualmente en light, medium y heavy por su estela turbulenta o pensamos también en la envergadura del avión, que es también un factor importante dado que no todas las instalaciones pueden acoger todos los tipos de aeronaves. Y por instalaciones, nos referimos también a las dotaciones del aeropuerto.
En este caso la envergadura no nos importa porque todos los aviones de la familia Dreamliner tienen la misma envergadura: 60.12 metros. Pero si nos importa su categoría RFFS, esta categoría es muy importante dado que es la habilitación que permite al aeropuerto operar con unos aviones u otros en función de sus medios de lucha contra incendios, lo cual incluye número de vehículos, personal, tipo de descarga y capacidad de descarga de agua o retardante por minuto.
Mientras que el 787-8 tiene una categoría 8 en RFFS, el 787-9 mide 6 metros más que la versión más pequeña, pudiendo acoger más pasajeros a bordo, lo que ya lo convierte en una RFFS 9. El problema reside en que Palermo no tiene medios suficientes para atender aviones de esta categoría, por tanto simplemente el 787-9 no puede aterrizar en este aeropuerto y fue lo que ocasionó el desvío a Roma. Por tanto, American Airlines (al igual que Delta Air Lines que recientemente inauguró un servicio con Atlanta) tendrán que seguir utilizando aviones RFFS 8 como máximo.
Por ejemplo, para el aeropuerto de categoría 8, se precisan 3 vehículos que podrían atender aviones entre 49 y 61m (el 787-9 tiene 62m de largo) y un ancho máximo del fuselaje inferior a 7 metros. Para ello, se necesitan unos depósitos mínimos de 18.200 para el nivel B y 27.300 para el nivel A, con una descarga de espuma por minuto de 7.200 litros para el nivel B By 10.800 para el nivel B A. En el caso de la categoría 9, se necesitan depósitos de 24.300L para el nivel B y 36.400 para el A, con una descarga de espuma de 9.000 litros para el nivel B y 13.000 para el nivel A.
En este enlace podéis consultar las categorías de cada aeronave en particular según la ICAO. Aunque la FAA tiene otra clasificación, comparte los mismos criterios que la ICAO.