El 24 de marzo del año 2015, hace justo 9 años, un Airbus A320 de la compañía alemana de bajo coste Germanwings se estrellaba en la parte sur de los Alpes franceses en medio de un gran desconcierto, dado que el siniestro ocurrió cuando el vuelo iba en crucero, una de las fases más seguras del vuelo.
Vuelo y avión
El vuelo 9525 de Germanwings era un vuelo regular llevado a cabo entre Barcelona y Düsseldorf como parte de la operativa cotidiana de la compañía. El primer vuelo de la mañana, en sentido inverso, se había desarrollado de forma completamente normal aunque con un ligero retraso, provocando que el vuelo de vuelta despegara de Barcelona a las 10:01.
El avión empleado fue el D-AIPX. Este Airbus A320 con número de serie 147 realizó su primer vuelo el 29 de noviembre del año 1990 y fue entregado a Lufthansa el 5 de febrero del año 1991 con una configuración interior de 156 asientos. En 2003, pasó brevemente por Germanwings antes de volver a Lufthansa, compañía que lo siguió operando hasta el año 2014. Ese año pasaría de nuevo a Germanwings con un interior con una única clase con 174 asientos.
Impacto del A320 de Germanwings
Como hemos dicho antes, el avión despegó desde Barcelona a las 10:01 para lo que iba a ser un corto y tranquilo vuelo de una hora y media hasta Düsseldorf. A bordo se encontraban 144 pasajeros y 6 miembros de la tripulación. Por desgracia, el contacto radar se perdió 38 minutos después del despegue, a las 10:39 cuando el avión sobrevolaba ya en altitud de crucero los Alpes franceses.
El último registro de altitud del avión fue de 2000 metros, aunque posteriormente se descubrió que el avión había comenzado su descenso exactamente media hora después de despegar, a las 10:31, cuando se encontraba sobrevolando la Costa Azul francesa. Un Mirage 2000 de la base de Orange fue activado en Scramble para interceptar el avión que no respondía a las llamadas del centro de control de tráfico aéreo, pero no pudo llegar a tiempo.
El impacto del avión se produjo a las 10:41 en el Macizo de los Tres Obispados, situado a unos 100km al noroeste de Niza. El impacto fue tan violento que fue detectado por la estación sismológica del Observatorio de Grenoble, que se encontraba a 12 kilómetros del lugar. El lugar del impacto se sitúa a unos 1.500 metros de altura en una zona de difícil acceso, se estima que el avión se desplazaba a unos 700km/h en el momento del impacto.
Suicidio del piloto
Las conclusiones de la investigación pusieron los pelos de punta a la opinión pública y a todo el sector aeronáutico que se vio tremendamente afectado por la noticia: la causa oficial del accidente fue el suicidio del primer oficial a bordo, Andreas Lubitz.
En algún momento durante el vuelo, el capitán salió de la cabina para ir al servicio situado inmediatamente después de la puerta de la cabina y el primer oficial aprovechó para bloquear la puerta y no dejarle pasar. La registradora de voz de la cabina grabó las insistentes llamadas del capitán a Lubitz para que abriera la puerta cuando ya había comenzado a descender, pero fueron en vano. Lubitz tenía problemas mentales que ocultó a Germanwings, donde entró a trabajar en 2014 tras obtener su licencia ATPL en el Centro de Formación de Lufthansa en Goodyear, Arizona.
Lubitz quiso suicidarse provocando el mayor daño posible, por lo que se llevó con el a 71 alemanes, 51 españoles, tres argentinos, kazajos, ingleses y norteamericanos además de a dos australianos, colombianos, iraníes, japoneses, mexicanos, marroquíes y venezolanos. A bordo también se encontraban un belga, un chileno, un danés, un israelí y un holandés.
Legado
En aviación se aprende de todo y la masacre del vuelo de Germanwings no ha sido diferente. A raíz de este hecho, se han introducido controles psicológicos más estrictos además de una nueva norma por la cual siempre ha de haber al menos dos tripulantes en la cabina en cualquier momento. Germanwings retiró los números de vuelo tanto del tramo entre Düsseldorf y Barcelona como viceversa.
En el lugar del siniestro se ha colocado una escultura en forma de esfera solar con 149 placas de aluminio dorado y un recuerdo personal de cada uno de los fallecidos. En la cercana localidad francesa de Le Vernet, hay otro monumento y también en el cementerio de este pequeña localidad se encuentra una fosa común con todos los restos que no han podido ser identificados. Descansen en paz.