Récord de un B-52H: de Okinawa a Torrejón sin repostar

A lo largo de los años, el bombardero Boeing B-52 ha establecido y roto innumerables récords debido a su gran desempeño, capacidad de carga y autonomía. 

El B-52: un avión único

En 1952, realizó el primer vuelo un nuevo y gigantesco bombardero: el B-52. Entrando en servicio tres años más tarde con la USAF (su único operador) se han construido a lo largo de los años 744 unidades de este majestuoso y temible avión, uno de los pocos del mundo en tener 8 motores y, según dicen, el primer avión en superar los 100 años en servicio activo, puesto que pronto recibirá una remotorización en la que serán sustituidos sus famosos TF-33 por nuevos motores de Rolls-Royce.

Un B-52H con parte del armamento que puede llevar tanto dentro de sus bodegas como bajo las alas. Foto: Sgt. Robert J. Horstman / USAF
Un B-52H con parte del armamento que puede llevar tanto dentro de sus bodegas como bajo las alas. Foto: Sgt. Robert J. Horstman / USAF

Su alcance estándar es de unos respetables 14.160km con una velocidad máxima operativa de 1046 km/h pudiendo volar a una altitud máxima de 50.000 pies. Todo esto, con un peso máximo de despegue de 220.000 kilogramos, de los cuales poco más de 83.000 kg corresponden al peso del propio avión.

De Okinawa a Torrejón de Ardoz

El récord que nos ocupa, fue roto el 11 de enero del año 1962. El avión ya había roto algunos récords antes, como mayor tiempo en vuelo, mayor carga, mayor distancia recorrida o mayor velocidad para un avión subsónico. Aquel 11 de enero, rompió varios de los récords establecidos por el mismo modelo. 

La tripulación del B-52 en la base aérea de Okinawa antes del despegue. Foto: archivo USAF.
La tripulación del B-52 en la base aérea de Okinawa antes del despegue. Foto: archivo USAF.

Hay que aclarar que por aquel entonces, la base aérea de Torrejón de Ardoz era una gran base norteamericana, con numerosos aviones destacados: desde los bombarderos B-52 hasta aviones de transporte, tanqueros, aviones de combate, etc. La Fuerza Aérea norteamericana fue el elemento clave que ayudó al desarrollo de la base, que contaba con todo lo necesario para una pequeña ciudad, incluido un supermercado y un hospital.

Volviendo al récord en sí, el B-52H con matrícula 60-0040 perteneciente a la 4136th Strategic Wing despegó desde la base aérea de Kadena, en Okinawa como una misión más de la Operación Alfombra Persa. 

La tripulación del B-52H con matrícula 60-0040 con las placas de reconocimiento a su hazaña tras aterrizar en la base aérea de Torrejón de Ardoz. Foto: Archivo USAF.
La tripulación del B-52H con matrícula 60-0040 con las placas de reconocimiento a su hazaña tras aterrizar en la base aérea de Torrejón de Ardoz. Foto: Archivo USAF.

La misión, comandada por el Coronel Clyde P. Evely, consistía en demostrar las capacidades del B-52 en vuelo de crucero sin carga, realizando un vuelo de 20.168 kilómetros sin escalas y sin ser repostado en vuelo. El destino: Torrejón de Ardoz, en España. 

La tripulación consiguió completar este vuelo en 21 horas y 52 minutos volando de forma ininterrumpida, con una velocidad promedio de 929.30 km/h y con una velocidad máxima alcanzada de 972.75km/h. Un total de 11 récords (incluido el récord de distancia total recorrida sin repostar) fueron acreditados tanto por la FAI como por la NAA norteamericana y algunos de estos récords siguen vigentes hoy en día. 

JFK recibiendo a la tripulación del avión que batió el récord.
JFK recibiendo a la tripulación del avión que batió el récord. Foto: Archivo USAF / Oficina Presidencial

A su llegada a la base aérea de Torrejón, todos los miembros de la tripulación de ese vuelo recibieron una placa conmemorativa por su hazaña y días más tarde fueron recibidos y felicitados por el mismo John Fitzgerald Kennedy.

Por cierto, este avión rompió el anterior récord de distancia establecido en 1946 por un P2V Neptune con 4 pilotos y un canguro a bordo, del cual ya os hemos hablado en este artículo.

Destino del B-52H

Por desgracia, el B-52H con matrícula 60-0040 nunca pudo ser exhibido en un museo, como probablemente se merecía por sus hazañas en el aire. En 1988, estaba realizando unos ejercicios de aterrizajes y despegues (conocidos como touch and go) en la base aérea KI Sawyer de Marquette, en Michigan. 

Restos del Boeing B-52 60-0040 en la pista de Ki Sawyer AFB. Foto: BAAA
Restos del Boeing B-52 60-0040 en la pista de Ki Sawyer AFB. Foto: BAAA

Tras realizar la maniobra tres veces, el avión se volvió a ir al aire, pero en esta ocasión sufrió un problema técnico en una de las bombas de combustible, lo que hizo que saltaran chispas dentro del depósito de combustible, haciendo que explotaran los gases del depósito y se separara la sección de cola del fuselaje cuando el avión se encontraba a 75 pies en el aire.

El B-52 cayó en la pista del aeropuerto, deteniéndose después de unos 1.100m. Por desgracia, el avión quedó completamente destruido pero, por suerte, los 8 miembros de la tripulación que se encontraban a bordo sobrevivieron al accidente. 

Peor suerte corrieron los 8 tripulantes del 60-0039, otro B-52 que había sufrido un accidente en la misma base aérea 11 años antes y que resultó en la muerte de toda la tripulación y en la destrucción del avión.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *