El sell and lease back es una operación financiera que funciona casi igual en la mayoría de los mercados, pero como esto es una página sobre aviación, nos vamos a centrar en el funcionamiento de estos acuerdos en la aviación comercial.
La aviación es cara, muy cara
Esto no es ninguna novedad, pero por si acaso vamos a dejarlo claro: la aviación es muy, muy cara. La alta tecnología de los aviones comerciales, su proceso de fabricación casi manual, su exhaustivo mantenimiento manual, la cantidad de personas que está implicada en su funcionamiento y la propia operación de estos aviones resulta muy costosa.
Para las aerolíneas, incluso para las más consolidadas, la línea entre pérdidas y ganancias resulta muy fina, dado que este es un sector en el que cualquier cosa que salga mal puede inducir a pérdidas y eso es algo serio a tener en cuenta.
Una vez entendido esto (o mejor dicho, recordado), hay que puntualizar que la mayoría de aviones comerciales no son propiedad de las aerolíneas, sino que muchos de ellos son alquilados a empresas de leasing especializadas en el sector. Esto se debe a varios factores, pero el más importante es que (a ver si lo adivináis) los aviones son caros.
Los aviones comerciales superan fácilmente los 100 millones de dólares por unidad y eso es mucho dinero para que una aerolínea tenga inmovilizado en un avión cuya recuperación de la inversión es lenta. Eso no quiere decir que las aerolíneas no tengan aviones en propiedad, porque los tienen, pero a la hora de comprar un avión no se compra entero, sino por partes, pero de eso hablaremos en otro artículo.
Por tanto, muchas compañías eligen tener esos 100 millones del ejemplo anterior disponibles para utilizarlos de forma inmediata o invertidos en otros activos que produzcan más rendimiento. Solo por ponerlo en perspectiva, un Boeing 787-9 nuevo cuesta (a precio de catálogo) unos 281 millones de dólares, lo cual es un desembolso enrome. Pero, su alquiler mensual está en unos 550.000 dólares. Recordad que las compañías nunca pagan el precio de catálogo, porque en aviación comercial se regatea, pero aún así no deja de ser un gran desembolso.
La liquidez es la clave
Y eso lo hemos visto mucho durante la pandemia, cuando muchas aerolíneas se han quedado sin liquidez para seguir en pie, ya no volando (porque no volaban), sino simplemente para existir. Por eso, muchas compañías recurrieron al sell and lease back como solución para salir de un aprieto puntual.
Este acuerdo comercial consiste en que una aerolínea vende un avión (o varios) a una compañía de leasing o inversión con el objetivo de conseguir liquidez de forma rápida. Una de las condiciones que se ponen es que la aerolínea que ha vendido el avión volverá a alquilarlo y operarlo, normalmente con unas condiciones favorables. Por tanto, en esta operación, gana la aerolínea que obtiene liquidez de forma rápida y la empresa de leasing que consigue un nuevo contrato.
Además de conseguir liquidez, esto también puede ser bueno para la compañía porque minimiza riesgos: muchas veces en los contratos de leasing está incluido el mantenimiento del avión o la sustitución de aquellas partes que puedan sufrir una avería, especialmente los motores y el tren de aterrizaje que son las piezas más caras del avión.
Por tanto, la potencial avería de una pieza es un riesgo que la aerolínea deja de correr, asumiendo dicho riesgo la empresa de leasing. Por supuesto, como hemos dicho antes, hay multitud de contratos y de cláusulas, pero estos son los acuerdos más comunes en este tipo de acuerdos.