El grupo Ryanair, en boca del siempre polémico Michael O’Leary, ha emitido unas duras declaraciones contra Boeing por los retrasos en las entregas de los 737 MAX. Y aunque tiene razón, no dejan de ser palabras tiradas al aire.
Ryanair como cliente de Boeing
El grupo Ryanair Holdings Group tiene actualmente un total de 565 aviones activos, de los cuales 537 son Boeing 737 de las versión 800, MAX8-200 y el famoso 737-700. Además, también poseen los 28 A320 de Lauda, ahora registrados en Malta en vez de en Austria que es donde estaban registrados antes de que el grupo adquiriera la aerolínea.
Además de esto, Ryanair tiene unos pedidos totales por 210 737 MAX8-200 (la versión de alta densidad de la versión MAX8) y también 150 pedidos en firme del Boeing 737 MAX10, además de las opciones. El total es de 360 aviones, de los cuales ya han recibido 126 unidades de la primera versión.
Ya en contexto, el enfado de O’Leary viene a raíz del último anuncio de Boeing sobre la ralentización de las entregas del 737 MAX lo que podría significar que Boeing solo sea capaz de entregar 14 737 MAX nuevos a Ryanair antes de final de año, en vez de los 14 que tenía previsto. Esta falta de aviones podría hacer que Ryanair transportase hasta 1.4 millones de pasajeros menos en la temporada de invierno, según palabras del propio empresario irlandés.
Además, para finales de mayo del próximo año el grupo esperaba más unidades, un número que se podría ver reducido en 20 ó 30 aviones de los que inicialmente se tenía previsto recibir. Así que ante esta situación, Michael O’Leary ha dicho que si los aviones se retrasan no los aceptarán.
Palabras en vano
Sin embargo las amenazas del directivo, aunque fundadas, no son más que palabras en vano dado que Ryanair no tiene más opción que aceptar esos aviones, principalmente por dos razones:
La primera de ellas es que la flota del grupo (exceptuando las 28 unidades de Lauda) está compuesta únicamente por aviones Boeing 737. Cambiar eso es algo tremendamente caro, pues la compañía tendría que habilitar tripulaciones de cabina y de vuelo a los modelos de Airbus (que, seamos sinceros, son la única alternativa) además de TMAs y hacerse con un stock de piezas para los nuevos aviones.
La segunda razón y, quizás la que más pueda hacer retractarse de sus palabras al directivo, es que actualmente Airbus dispone de un backlog (aviones pedidos y pendientes de entrega) en su familia A320NEO de 6.734 unidades a finales de septiembre, lo que es más que toda la cartera de pedidos de Boeing para todos su modelos. Esto significa que si Ryanair realiza ahora un pedido por aviones Airbus de esta familia, es probable que tenga que esperar hasta final de década para ver las primeras unidades.
No obstante, estas palabras si son una advertencia para Boeing para que termine de solucionar sus problemas en la planta de montaje, así como los problemas con Spirit Aerosystems que es la encargada de la fabricación de los fuselajes y de algunas de las piezas. Lo que es más probable que acabe ocurriendo, es que si el retraso en las entregas es considerable, Ryanair pueda negociar los contratos activos para obtener algún descuento en las unidades pendientes de entrega.