Cuando comenzó la guerra en Ucrania, un Antonov AN-124 de Volga-Dnepr estaba en el aeropuerto de Toronto Pearson y ahí sigue actualmente, casi dos años después, aparcado en un rincón del aeropuerto esperando a que se decida su futuro.
El AN-124 fue incautado por el gobierno canadiense
En junio de este mismo año, el AN-124 fue incautado por las autoridades canadienses y se decidió que iba a ser donado a Ucrania.
Esto formaría parte de las sanciones contra Rusia y el avión podía ser empleado por la aerolínea Antonov Design Bureau, que ya opera varios AN-124, para pagar en cierta medida las compensaciones económicas de Rusia a Ucrania por la destrucción del país.
Sin embargo, esto despertó una gran polémica porque la propia aerolínea lo tildó de “ilegal”, dado que según la aerolínea el gobierno canadiense no puede incautar un bien privado.
Volga-Dnepr contra el gobierno
Ahora, Volga-Dnepr ha decidido demandar al gobierno canadiense ante el Tribunal Superior del país, confiando en que el fallo le sea favorable y que la incautación del avión no pueda incluirse dentro de las sanciones contra Rusia.
Ahora, queda esperar el fallo de la justicia canadiense para poder ver qué futuro le espera al AN-124, que de momento seguirá en Toronto. De todas formas, aunque el fallo salga positivo a la aerolínea, el avión no se moverá del aeropuerto Pearson dado que el gobierno canadiense sí que tiene la potestad para vetar la salida del avión denegándole cualquier permiso de vuelo, como lleva haciendo los últimos dos años.
Actualmente en el mundo deben quedar menos de 3 decenas de AN-124 en vuelo, siendo algunos de ellos de la propia Fuerza Aérea Rusa, los de Volga-Dnepr (que parece que están en tierra) y los de Antonov Airlines, que contaba antes de la guerra con 7 aviones, estando uno de ellos en el aeropuerto de Hostomel y otro en Kyiv.