Los aeropuertos son espacios pequeños y extremadamente concurridos con muchos tipos diferentes de máquinas, lo que hace que un aeropuerto sea un caldo de cultivo para incidentes, como el ocurrido entre el CRJ200 y un autobús en Chicago.
Autobús contra CRJ200
El CRJ200 con matrícula N457AW de American Eagle iba a operar el vuelo AA6209 hacia el aeropuerto de Dayton, en Ohio. El avión, operado por Air Wisconsin, se disponía a comenzar el rodaje a la pista activa cunado un autobús impactó contra la parte delantera del mismo, dañando el radomo y el radar meteorológico.
El autobús no transportaba pasajeros, sino empleados del aeropuerto que se dirigían a sus labores. Los equipos de emergencia llegaron al lugar del accidente y trasladaron a un hospital cercano a 6 de los ocupantes del autobús para realizarles un chequeo médico, dos de ellos tenían heridas leves pero nadie ha sido ingresado.
Ninguna de las personas que se encontraban a bordo del avión han resultado heridas. Tras el incidente los empleados de la compañía llevaron a los pasajeros de vuelta a la terminal y posteriormente fueron embarcados en el CRJ200 con matrícula N467AW, que acabó realizando el vuelo y llegó al destino con dos horas de retraso respecto al horario inicial.
El avión afectado sigue a fecha de publicación de este artículo en tierra en el aeropuerto O’Hare de Chicago. El (ahora) Mitsubishi CRJ200con matrícula N457AW y número de serie 7854 ha realizado su primer vuelo hace 20 años, siendo entregado a Air Wisconsin el 17 de octubre del 2003.
Desde entonces, ha operado para AirTran JetConnect, United Express, US Airways Express para pasar posteriormente a American Eagle, de vuelta a United Express y desde el 6 de marzo de este año, de vuelta a American Eagle.
Un lugar peligroso
Los aeropuertos son lugares peligrosos, de eso no cabe duda. En estos espacios bastante reducidos se mueven gran cantidad de máquinas y vehículos diferentes, cada uno con su tamaño y velocidades, lo que combinado con los aviones hace que desplazarse por estos lugares sea una tarea complicada.
Por supuesto, los movimientos dentro de los aeropuertos de todos los vehículos están regulados y aquellos que realizan las labores de conducción están formados para saber desplazarse por estos entornos, pero en un lugar tan ajetreado y con tantas prisas, es inevitable que de vez en cuando ocurra algún incidente como en este caso.
Por suerte, lo único que hay que lamentar son daños materiales que siempre se pueden reparar o sustituir.