Dos despegues abortados en menos de 24h son motivo para que las autoridades rusas hayan decidido investigar lo sucedido con un Airbus A321CEO de Ural Airlines.
El A321 abortó dos veces el despegue
El primer incidente tuvo lugar el pasado 14 de enero en la ciudad rusa de Ekaterimburgo, con el RA-73794 como protagonista, que antes de la rematriculación rusa tenía la matrícula VQ-BKG. Este avión realizó su primer vuelo el 25 de marzo de 1999 y pasó originalmente a Aer Lingus. Desde la compañía irlandesa pasó a Ural Airlines en abril del año 2011 y desde entonces ha estado volando para la compañía rusa.
Según ha desvelado el canal ruso Aviatorshina, el A321 tenía que realizar el vuelo SVR219 entre Ekaterimburgo y Sochi. Pero, durante la carrera de despegue los pilotos frenaron el avión abortando el despegue y volviendo a la terminal. Los pasajeros fueron desembarcados y otro avión despegó finalmente de Ekaterimburgo tras 5 horas.
Este A321 pasó a mantenimiento y al día siguiente, 15 de enero, fue nuevamente puesto en servicio para realizar el mismo vuelo. Pero, otra vez, los pilotos tuvieron que abortar el despegue cuando el avión ya estaba en la pista después de que el motor número 1 no alcanzara la potencia suficiente. Los pasajeros fueron nuevamente recolocados en otro avión que despegó con 6 horas de retraso.
La aviación rusa está al límite
Desde la aerolínea han comunicado que el problema está en el sistema de combustible del motor número 1, más en concreto en el HMU y por eso el avión permaneció en tierra un día más. El 16 de enero hizo un vuelo de prueba de una hora desde Ekaterimburgo hasta el mismo aeropuerto y por la tarde se incorporó al servicio comercial a Moscú.
Sin embargo, el Ministerio de Transporte ruso ha confirmado que este incidente será investigado por la Autoridad Estatal de Supervisión de Aviación por si se tratara de un fallo concreto de una pieza o si, por el contrario, el incidente del A321 se debiera a un incorrecto mantenimiento.
Y es que cada día que pasa la aviación rusa acusa más y más la falta de piezas de repuesto para sus aviones y a pesar de que ya han canibalizado algunas aeronaves para conseguir repuestos, estos no son suficientes para mantener en activo al resto de la flota. Se estima que en Rusia hay volando, o al menos registrados, entre 600 y 700 aviones occidentales que no reciben nuevas piezas de repuesto desde hace ya dos años.