Cuando la necesidad aprieta, el ingenio se agudiza y eso fue lo que pasó con el KC-97 en su versión L, un avión cuanto menos curioso pero que cumplió su misión hasta la llegada de su reemplazo. Esta es la historia de este curioso avión.
Breve historia del KC-97
A finales de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos necesitaban un avión que pudiera reabastecer en vuelo a otros aviones, pero que también sirviera como avión de transporte de material y también de transporte de tropas. Como Boeing por aquel entonces estaba inmerso en la fabricación de material bélico, decidió adaptar parte de lo que ya tenía para satisfacer la petición de la Fuerza Aérea.
Por eso cogió el diseño básico de un B-29 y le colocó encima otro fuselaje, pero haciéndolo más grande, para que pudiera transportar cargas de gran volumen. Las alas, motores y estabilizadores se mantuvieron prácticamente inalterados. Nació así el KC-97. Pero, los tiempos avanzan rápido y pronto se dejaron de utilizar los aviones a pistón y los radiales, entrando de lleno en la época de los jets. Pronto quedó patente que el avión se había quedado anticuado para seguir el ritmo a los F-86 Sabre y a los F-4 Phantom.
Por lo que aunque aún servía para llevar carga y soldados, cada vez era más difícil utilizarlo para dar apoyo a los cazas en misiones de repostaje aéreo y en misiones de largo radio y aunque su sustituto el KC-135 ya estaba en desarrollo, aún quedaba bastantes años para que llegara a la flota de la USAF.
KC-97L: con el empuje de dos turborreactores
Por eso, ya en los años 50, Boeing en colaboración con la USAF, decidieron adaptar 81 unidades del KC-97 a la versión KC-97L que era una versión que incorporaba dos turborreactores J47-GE-23 bajo las alas, a la izquierda del motor número uno y el otro a la derecha del motor número 2. Las 5.800 lbf que ofrecía cada motor permitía al KC-97L despegar completamente cargado, pero lo que era más importante, le permitía acelerar. Estos eran los mismos motores que equipaban los B-36, os B-47 y los F-86 Sabre.
El problema que tenían los F-4 Phantom cuando tenían que repostar en vuelo con un KC-97 era que el tanquero volaba muy lento y los cazas podían entrar fácilmente en pérdida. Pero, desde la instalación de estos motores auxiliares se diseñó también un nuevo método para realizar los repostajes: cuando los aviones de combate se acercaban para repostar, el KC-97L hacía un pequeño picado para ganar velocidad junto con el apoyo de los J47, lo que le permitía mantener una velocidad cómoda para los Phantom.
Se construyeron un total de 811 unidades de diferentes versiones y el avión solo tuvo cuatro operadores: la USAF, la Guardia Aérea Nacional de los EEUU, España e Israel. En el caso de España, operó 3 unidades cedidas por la Guardia Aérea Nacional de los EEUU desde el año 1972 hasta 1976 dentro del ALA 12 de Torrejón, como avión de apoyo de dedicación exclusiva para los F-4 Phantom que ahí estaban destinados. La única unidad que queda en España y que no ha sido desguazada se encuentra en el Museo del Aire de Madrid.
Aunque este avión se retiró por completo en 1978, en los Estados Unidos quedan en vuelo 7 unidades, de las cuales 2 son de la versión KC-97G y las 5 restantes de la versión KC-97L, todos ellos son de propiedad privada y se utilizan generalmente para espectáculos aéreos.