Un B747 realiza dos aterrizajes no programados en un vuelo de Buenos Aires a Frankfurt

No es la primera vez que pasa un caso parecido, pero no deja de ser curioso lo que le ha pasado a un Boeing B747 de la compañía alemana Lufthansa.

Un vuelo rutinario…o no

El vuelo LH511 de Lufthansa del pasado 27 de junio fue de todo menos rutinario. El vuelo de ese día, operado con el Boeing B747-8I con matrícula D-ABYU, un avión que realizó su primer vuelo el 5 de marzo del 2015 y fue entregado directamente a Lufthansa el 30 de abril de ese mismo año. Tiene una configuración de 4 clases con 8 butacas en Primera Clase, 80 plazas en Business, 32 asientos en Turista Premium y 244 en Turista.

 

El vuelo entre Buenos Aires y Frankfurt se realiza sin escalas, con una duración de 12 horas y 15 minutos y salida desde Ezeiza a las 16:45 hora local.

Desvíos no programados

Sin embargo, la mala suerte hizo que el 27 de junio el avión sufriera dos desvíos no programados, llevando la duración total del trayecto de las poco más de 12 horas habituales hasta las casi 22 horas.

El despegue desde la capital argentina se produjo en hora. Poco después el avión sobrevolaba Uruguay y Brasil. Pero, aproximadamente 4 horas y media después del despegue cuando el avión ya se encontraba sobrevolando el Océano Atlántico, se tuvo que desviar a la ciudad brasileña de Natal debido a una emergencia médica a bordo.

Después de pasar en tierra casi 5 horas mientras el pasajero con problemas de salud y su equipaje eran desembarcados, el avión volvió a despegar, esta vez si con destino a Frankfurt. O todavía no.

Después de 8 horas de vuelo, el avión se volvió a desviar, esta vez a París. La razón del aterrizaje en la capital francesa esta vez no fue (por suerte) una emergencia, sino que se motivó debido a que la tripulación iba a sobrepasar las horas máximas de trabajo, por lo cual el avión no podía seguir volando de forma legal y segura.

La aerolínea alemana dispuso a otra tripulación en París para cuando el B747 aterrizara, por lo que apenas una hora y 20 minutos después del aterrizaje del Jumbo, este volvió a despegar para realizar el corto vuelo de una hora hasta Frankfurt.

Así, finalmente, el vuelo que iba a durar poco más de 12 horas se alargó hasta casi las 22 horas. Por supuesto, los cansados pasajeros no estarían contentos con las decisiones tomadas, pero en la aviación lo primero siempre es la seguridad y la salud de sus pasajeros y tripulantes, por lo que la actuación de la tripulación en colaboración con la compañía fue la correcta para estos casos.

Y aunque cambiar la tripulación para poco más de una hora de vuelo pueda parecer que no tiene sentido, las aerolíneas y las tripulaciones se rigen por estrictas leyes y no las van a incumplir bajo ningún concepto. Por lo que aunque las molestias a los pasajeros